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Kebba S Touray: «Queremos que Gambia sea el Silicon Valley de África»

El jefe del clan de su Ballanghar natal le felicitó cuando consiguió el cargo de embajador. «Todo el mundo se enteró, es un país muy pequeño, me daban la enhorabuena, consejos y rezaban por mí»

El embajador de Gambia sujeta un mapa de su país, durante la entrevista concedida a LA RAZÓN, en la sede de su legación diplomática en Madrid
El embajador de Gambia sujeta un mapa de su país, durante la entrevista concedida a LA RAZÓN, en la sede de su legación diplomática en Madridlarazon

Madrid- Kebba S. Touray inauguró sede diplomática en España y cargo como embajador de Gambia en julio de 2008. Desde entonces, todo ha ido muy rápido, pero ya ha conseguido dos de sus grandes objetivos. Que la AECID incluya a Gambia en su programa de cooperación con África, y que España abra Embajada en Banjul. «Todo se ha parado un poco con la crisis, pero el embajador ya está en la capital de Gambia», reconoce orgulloso Touray, quien antes de dedicarse a las relaciones diplomáticas había sido el director de la Agencia Nacional de Inversión de Gambia. «Las principales funciones de la diplomacia hoy son muy similares a las agencias de desarrollo e inversión. Por lo que, en este sentido, mi trabajo no es del todo nuevo».

–¿Cómo se vive en una ciudad con más habitantes que todo su país?–Ya estaba acostumbrado, pues estudié en Europa y con mi anterior puesto viajé mucho a ciudades incluso más pobladas. Por ello, no hemos tenido problemas para adaptarnos. El único reto fue elegir el colegio más apropiado para los niños. Veníamos de un país en el que el inglés es el idioma oficial y queríamos que siguieran con esta lengua. A parte de que nuestros hijos echan de menos a sus amigos, no tenemos ningún problema porque los españoles también sois cálidos y Madrid es una ciudad en la que es fácil y rápido integrarse.

–¿Cuántos idiomas habla?–Aparte del inglés, mandinga, wollof, fulani, jola... En Gambia también se habla el sarahule y el serere.

–¿Y me puede decir su palabra preferida en cada lengua?–(Se ríe). Veamos, en wollof «dimbalanteh», que quiere decir ayudarse los unos a los otros; en mandinga «kaira», la palabra para paz; en jola, «kasumai», que es como un buenos días o cómo estás; y en fulani me gusta «gonga», que significa verdad.

–Gambia tiene una forma muy curiosa. ¿La población se ha distribuido alrededor del río?–La mayoría de la población vive ahora en la capital. En el pasado no era así. Como en muchos países, hemos vivido un éxodo rural. Sin embargo, esa tendencia está cambiando otra vez, porque desde que el presidente llegó al poder en 1994 se ha diseñado una muy comprensiva estrategia de descentralización. Y eso incluye proveer de las necesidades sociales básicas a la gente. Cuando era pequeño, en mi pueblo sólo pude ir a la escuela primaria, después tenía que ir o a Banjul o a Georgetown. Ahora es distinto, hay hasta universidades. Además, en los últimos 10 años el Gobierno ha construido hospitales en las regiones. Aun así, es un país pequeño, es fácil moverse. De hecho, el Gobierno está mejorando las infraestructuras e invirtiendo en la conectividad y las telecomunicaciones, llegando hasta los pueblos más remotos. Queremos que nuestro país sea una megaciudad, con electricidad y cobertura en todas partes. El presidente quiere transformar Gambia en el Silicon Valley de África.

–He leído que su presidente Yayha Jammeh tiene un método a base de hierbas verdes y plátanos con el que puede curar el sida. ¿Funciona?–Hay pacientes que se han puesto en manos del presidente y un equipo de médicos ha venido con resultados de mejora. Pienso que ayuda en todo el proceso. Hay gente que ha venido de Senegal, Mali, y otros países, no son sólo de Gambia. Necesitamos apoyos para hacerlo sostenible y no descartarlo. El sida es uno de los retos de África y por consiguiente de Gambia, y por ello también estamos educando para evitarlo, pero a los que ya están contagiados, tenemos que ayudarlos.

–Por otra parte, han reducido la tasa de mortalidad infantil, y muy rápido.–Desde 1994, el Gobierno se centró en los servicios sociales, la educación, la sanidad y los asuntos de la mujer, y lo ha convertido en un verdadero pilar de sus mandatos.

–Muchos de los gambianos que emigran vienen a España, ¿tienen algún otro destino?–Hay distintos tipos de migración. Tenemos una gran población de emigrantes en España. Muchos de los que se están yendo ahora han puesto rumbo a España. Eventualmente algunos terminarán en otros países de Europa como Italia, pero España es la puerta de entrada, porque no se pueden ir en avión (cambiando de aeropuerto en aeropuerto). Casi todos van por mar, por lo que España es la puerta.

–Esta semana se ha celebrado el día de África. ¿Algo que el continente quiera gritar al mundo?–Hemos renovado nuestro compromiso de caminar con el resto del mundo e invitarles a comprometerse con África de una forma más constructiva. Les hemos recordado que África debe ser su siguiente frontera donde invertir, y que no es sólo guerra y desastres. La situación de África hoy está ligada a su pasado, por lo que todos somos responsables. Pero no suplicamos ayuda, queremos ser sus socios.

SUS FAVORITOSUn lugar«Siempre me gusta viajar a mi pueblo, Ballanghar, en la región central del Bajo Saloum. Me encantan las montañas y lo salvaje. También, los partidos de fútbol en la arena, en cualquier playa de Banjul. Echo de menos jugar los domingos».

Un plato«Me encanta el ‘‘superkanja''. Se trata de un guiso de arroz, bamia, pescado ahumado, carne de res y aceite de palma. De España me gusta la paella, muy similar a nuestra cocina, en la que están presentes el arroz y el marisco».

Un libro«Raíces», la novela de Alex Haley. «Es genial, aunque el autor es de EE UU, narra la historia de sus antepasados esclavos, que eran de Gambia».