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«Quien conoce mi obra sabe que contemplarla produce sosiego y paz»

La Fundación del escultor comienza su andadura con más de cuarenta bronces

«Quien conoce mi obra sabe que contemplarla produce sosiego y paz»
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MURCIA- Doce de la mañana. Sol que no perdona. Lugar: Las Torres de Cotillas. Un día antes del comienzo de sus vacaciones el escultor Mariano González Beltrán (Javalí Nuevo, 1948) nos abre las puertas de su casa. Entramos y más de una veintena de esculturas de gran formato nos reciben en su coqueto estudio. Piezas que pronto dejarán de llenar todos los rincones de su residencia para formar parte de la Fundación creada por él mismo, que lleva su nombre, y que ya comienza su andadura. También observamos numerosos cuadros de otros artistas de la Región de Murcia que cohabitan con su obra en la que no faltan referencias a la tauromaquia, la maternidad, la niñez y la mitología. Autodidacta, discípulo ocasional de Dionisio Paje, confiesa que su escultura sale de la vida misma y de su forma de ver las cosas.
-¿Para cuando la sede de la Fundación?
-Tal y como están los tiempos, la sede no sabemos para cuando. Lo que sí está previsto, mientras tanto, es que la obra itinere por toda la Región de Murcia. Se harán exposiciones largas de cinco o seis meses y se podrá ver en Lorca, Cartagena, Yecla, Jumilla, Cieza, Calasparra, Águilas, Mazarrón...
-¿Cuántos son los primeros fondos de la Fundación y en cuánto están valorados?
-45 bronces con un precio de mercado en torno a los 800.000 euros.
-¿Cuál es el primer ‘por qué' de la Fundación?
-Como no tengo hijos, ¡qué mejor que la disfruten los murcianos!
-Además de ir ampliando los fondos, ¿qué otras cosas le gustaría hacer?
-Quiero que sea una Fundación viva porque me encuentro en plena producción. Además, el día que tenga un local no tendré inconveniente en que todos los años, durante dos o tres meses, se impartan unos periodos de aprendizaje en los que puedan ver como trabajo en directo. Me gusta la idea de que los alumnos puedan ser observadores activos del proceso de modelado de obra grande o pequeña.
-¿Cómo definiría su escultura?
-Es una escultura realista actual. Me gusta plasmar movimientos y sentimientos bellos. Creo que el arte debe ser bello por encima de todo y para el deleite de los ojos. El artista debe plasmar lo que es la naturaleza. Me gusta todo lo que representa los sentimientos. El movimiento también me preocupa y que las figuras tengan vida. Que transmitan cosas al espectador. Una maternidad no la puedes representar de forma crispada. Se debe mostrar la bondad, el sacrificio y los hijos que están con la madre tienen que reflejar felicidad.
-¿Existe algún tema que todavía no haya trabajado o en el que quiera profundizar?
-Quiero tocar el mundo de los niños. Es un estado puro del ser humano donde la maldad todavía no ha entrado. Quiero profundizar en sus juegos, sus sonrisas...
-Con la crisis, ¿se han visto afectadas sus ventas?
-No mucho. Es cierto que el arte es un artículo de lujo y en época de crisis se resiente más. Pero el dinero que hay es el mismo, el problema ahora viene de cómo se distribuye.
-¿Alguna vez se ha encontrado al lado de personas que contemplaban y comentaban su obra sin saber que usted era el autor?
-Sí, y afortunadamente hasta ahora sólo he escuchado buenos comentarios. Ha habido gente que incluso ha llorado al ver una escultura que le recordaba a otros tiempos cuando tenía sus hijos abrazados o en su regazo. Mi obra es una escultura que no molesta, que no es estridente, ni provoca irritación alguna. Quien conoce mi obra sabe perfectamente que el contemplarla produce como mínimo sosiego y paz.


Un escultor: Rodin
- Un sueño: volar.
- Una preocupación: la maldad de las personas.
- Un viaje: el que se hace enamorado.
- Lo que admira: la inteligencia.
- Lo que detesta: a los tontos.
- Un referente: la honradez de mi padre.
- Una comida: no se me conquista por el estómago.
- Un color: el verde.