Relaciones laborales
OPINIÓN: Intentar recortar lo inexistente por Sixto L Alcoba Valls
De chavales, los recortes nos ilusionaban. Significaban juegos, cromos, diversión... Hoy en día, la palabra recorte ha adquirido connotaciones muy negativas. Implica disminución o anulación de derechos sociales en los distintos ámbitos de la sociedad. Según la consejera de Salud, afortunadamente esos recortes sólo se producen en el resto de autonomías, sobre todo en las gobernadas por el PP, y en sus servicios sanitarios, pero no en Andalucía. Según ella, aquí se actúa con eficiencia. Realmente, Andalucía no necesita hacer excesivos recortes, porque si una de las acepciones del término es «cortar algo» y «hacerlo más pequeño», resulta imposible recortar algo que no existe.
Andalucía no puede recortar determinadas cosas porque no las ha tenido nunca. Como, por ejemplo, la asistencia geriátrica, inexistente a pesar de que el Estatuto la contempla como derecho. ¿Se va a modificar la redacción, anulando el derecho, en la nueva Ley de Salud de Andalucía? Por otra parte, no se pueden considerar recortes actuaciones habituales que se suceden desde hace tiempo, incluso cuando no existía crisis alguna, aunque supongan una disminución de algo de lo que se dispone. Porque la ausencia de sustituciones de personal es algo crónico, agravado en los periodos vacacionales y profundizado desde que se decidió que los facultativos tenían que jubilarse obligatoriamente a los 65 años, originando unas carencias que aún no se han recuperado. Una medida que debemos reconocer que se ha paliado con la aprobación de la Resolución de 2 de diciembre de 2010, por la cual aquellos profesionales que lo deseen, y reúnan las condiciones exigidas, pueden continuar su actividad profesional hasta los 70 años, pero sigue sin ser suficiente. Tampoco puede considerarse un recorte el mantenimiento de las plantillas o, incluso, su disminución mientras se invoca, para obtener una mejor financiación autonómica, el aumento sustancial de la población. Si, además, tenemos en cuenta el crecimiento significativo de la población inmigrante, no resulta aventurado asegurar que a cada profesional le corresponde un mayor número de asegurados, lo que incide en la calidad asistencial o en las espaldas de los trabajadores. Un buen reflejo se aprecia en los Servicios de Urgencia, masificados y desbordados. Estamos seguros de que la Administración tampoco considerará un recorte el tratamiento que se está dando a las empresas farmacéuticas, aunque no tendríamos espacio para hablar de los discutibles principios activos, de los genéricos, de la subasta de medicamentos o de las deudas con los laboratorios porque eso no es un recorte, es una suspensión de pagos encubierta. Eso sí, los sindicatos de la Mesa Sectorial de Sanidad sí hemos tenido que hacer recortes importantes, aunque éstos sean para evitar la imposición de uno de los decretos más perniciosos que se iban a aplicar en esta autarquía que es hoy día la Junta. Porque el Decreto de UGC no se había hecho para nombrar a sus directores a dedo, sino para transformar todo el ámbito sanitario resultante en un «gulag» donde un dictador con poderes absolutistas dominaría a todo el personal. No conseguimos recortar la aprobación de las agencias públicas empresariales, puras agencias de colocación ilícitas...
Sixto L. Alcoba Valls
Presidente del sector de Sanidad de CSI-F Andalucía
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