Acoso escolar
Tres estrategias para afrontar el acoso escolar
El Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH) y la Universidad de Illinois, ambos en EE UU, han estudiadocómo responden las víctimas al 'bullying'. El resultado ha mostrado que se presentan tres alternativas: optar por hacer nuevos amigos, querer ser 'guay' o intentar pasar desapercibido.
Como aclara la profesora de psicología de la Universidad de Illinois y directora del estudio, Karen Rudolph, "investigamos tres tipos de respuestas ante el acoso escolar. Estas estrategias reflejan la tendencia de los niños y las niñas a centrarse en desarrollar sus habilidades, o en demostrar sus competencias para mejorar su estatus en el grupo de iguales, o en intentar evitar los juicios negativos de sus compañeros".
Para Rudolph, el grupo que opta por mejorar y desarrollar sus habilidades sociales "desea aprender a hacer amigos", mientras que otros desean mostrar lo que valen al resto de compañeros, "son los que dicen: 'quiero ser guay. Quiero caerles bien a los demás niños. Quiero estar en el grupo de los populares'", aclara la experta.
Como informan desde SINC, existe un tercer grupo que intenta pasar desapercibido. "Estos son los niños que dicen: 'No voy a hacer nada que pueda llamar la atención de los demás, que perjudique a mi reputación o que me haga quedar en ridículo'", puntualiza Rudolph.
Estos resultados se han obtenido a partir de varios cuestionarios distribuidos a 373 alumnos de segundo de primaria y a sus profesores. La mitad de estos alumnos afirmó haber sido objeto de burlas, rumores, intimidación física o agresiones más graves, al menos durante algún tiempo.
LAS CHICAS NECESITAN MAS APOYO EMOCIONAL
Entre los alumnos que optaron por potenciar sus relaciones de amistad consiguieron una percepción más positiva sobre sí mismos y fueron más propensos a colaborar para eliminar el conflicto. Según Rudolph, "las niñas fueron más proclives a adoptar esta actitud que los niños. Ellas elaboran respuestas constructivas, enfocadas a aprender de la situación y gestionar las emociones".
Sin embargo los chavales que querían ser 'guays' o competitivos, en lugar de emplear tácticas reflexivas y prudentes para hacer frente al acoso, reaccionaran de forma general con un contraataque. Además, estos niños tenían percepciones más negativas sobre sus compañeros.
Así, loc que preferian evitar juicios perjudiciales manifestaron mucha menor tendencia a contraatacar al acosador o acosadora. "Su comportamiento era pasivo. Simplemente hacían caso omiso de lo que sucedía", destacan los investigadores.
Optar por esta estrategia puede resultar útil en algunas circunstancias, especialmente en los grupos de chicos, que suelen ser más agresivos físicamente que las chicas, pero esta respuesta puede aumentar la concepción de debilidad e incrementar el acoso del agresor.
Respecto a el origen de por qué el alumnado escoge una u otra forma de actuar ante sus agresores, los psicólogos tienen diversas teorías. Para Rudolph, "estos comportamientos generales pueden ser el resultado, en parte, de factores temperamentales de los niños o de diferencias biológicas, aunque también podrían surgir de la experiencia. Nuestra opinión es que son fruto de la combinación de las dos cosas, pero todavía tenemos que investigar estos orígenes".
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