Sevilla

La universidad no tiene para pagar

Los rectores quieren tener un tratamiento mejor en 2012 en los presupuestos
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madrid- Las universidades están pasando serios apuros económicos. Hasta el punto de que la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) ha hecho público un dramático llamamiento a las administraciones para evitar más recortes de los que ya sufren, que las están colocando en una situación «preocupante». De hecho, ya han alertado de las «severas tensiones» que está sufriendo la tesorería de los centros por los «costosos endeudamientos a corto plazo necesarios para hacer frente a las obligaciones de pago», y de los «retrasos en el pago de proveedores» y hasta de la «imposibilidad de atenderlos». El presidente de la CRUE, Federico Gutiérrez-Solana, calcula que este último año, «las universidades han sufrido unos recortes de 300 millones de euros y eso significa que tienen menos capacidad de inversión y de mantenimiento de la calidad. Supone un parón, una situación que una sociedad no debe permitirse».
Y más teniendo en cuenta que ahora la universidad se halla en un proceso clave: la implantacióntación al Espacio Europeo de Educación Superior, que exige un cambio de modelo y que ha supuesto ya un esfuerzo importantísimo de adaptación.
Las universidades catalanas están sufriendo especialmente esos recortes. De esa situación ha dado cuenta el presidente de la Asociación Catalana de Universidades Públicas y rector de la Universidad de Barcelona (UB), Dídac Ramírez. «Nosotros nos hacemos cargo de la situación de crisis generalizada que vive el país y estamos ya tomando medidas de racionalización del gasto, pero ocurre que todo tienen un límite que, si se pasa, supondría dejar de ofrecer servicios que antes sí dábamos y una merma de la calidad. Ese límite está a punto de sobrepasarse».
¿Con qué escenario podríamos encontrarnos si las administraciones autonómicas deciden mantener los recortes el próximo año? Podría ocurrir que no se renovaran contratos a los profesores a tiempo completo, que tuvieran más carga lectiva, igual que el personal de administración, y que muchos servicios dejaran de ofrecerse, lo que afectaría a la calidad de la enseñanza. Además, tendrían que endeudarse para poder hacer frente a las nóminas del profesorado, explica Ramírez. No obstante, algunas de estas situaciones las viven ya algunas instituciones académicas.
Pero lo peor no es sólo eso. «Si sobrepasáramos ese límite, se podría causar un daño gravísimo e irreparable, que supondría retroceder muchísimos años en la calidad de la enseñanza, y el proceso de Bolonia puede que sea un fracaso», añade el presidente de la asociación de universidades catalanas. Y es que por la situación de crisis que vivimos «ahora más que nunca la gente debería tomar conciencia de que hace falta dinero en las universidades, porque nos va mucho en ello; y a éstas hay que exigirles que lo aprovechen bien».
De momento, universidades como la de Barcelona ya ha dispuesto de una reducción en su presupuesto del 16% y se ha visto obligada a ajustarse el cinturón aplicando medidas concretas para racionalizar el gasto.
Para el nuevo curso que ahora comienza se piensa en renovar sólo los contratos que sean necesarios y una de las posibilidades que se contemplan es reducir la jornada del personal de administración y de profesores, en los casos que sea posible. En el mes de agosto sus instalaciones han permanecido cerradas durante tres semanas, lo que ha supuesto una reducción en consumos y en personal, una situación inédita, y también se está pensando en fusionar servicios para distribuir al personal de una manera más eficiente y no tener que contratar a personal nuevo. Con este panorama, las universidades buscan ahora obtener ingresos atípicos para sobrevivir a la crisis, que pasan por el alquiler de sus instalaciones para la celebración de eventos. La fórmula la aplican ya las de León, Oviedo, Sevilla, Barcelona...Esta última alquiló su campus para la celebración de la «080 Barcelona Fashion week».
Mientras, siguen inmersas en otras de las principales preocupaciones que es cómo aplicar Bolonia sin apenas presupuesto. «Después de realizar un gran esfuerzo de adaptación, ahora hay que realizar el seguimiento y evaluación de los nuevos grados implantados con el fin de analizar aquellos aspectos que puedan mejorarse o puedan modificarse, porque deben ofertarse unos grados que satisfagan las necesidades de formación de nuestra sociedad, explica el rector de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), José María Sanz Martínez. La vicerrectora de la Calidad de la Universidad del País Vasco, Itziar Alkorta, ha reclamado que los cambios introducidos «vengan acompañados de más recursos, espacios adecuados y de un mayor reconocimiento a su labor docente».

Estudiar cuesta más
Matricularse en las universidades públicas costará este curso bastante más que el anterior. En algunas comunidades, el aumento será incluso superior al del IPC. El intervalo de subida que ha aprobado la Conferencia General de Política Universitaria para el curso académico que ahora comienza oscila entre el 3,6% y el 7,6% y algunas autonomías ya han decidido aplicar el máximo. Es el caso de la Comunidad Valenciana, que aplicará el tramo más alto para estudios de grado y dejará de tener uno de los precios más baratos del país. Un caso similar ocurrirá a Cataluña. Este año, las tasas de la Universidad de Barcelona, por ejemplo, costarán un 7,6% más, el máximo de la franja.