Más vigilancia

La Comisión Europea ha decidido vigilar más de cerca a los Estados miembros, sobre todo a algunos. Las cuentas públicas, entendidas en sentido amplio, estarán en el punto de mira.
En Bruselas no quieren sorpresas de última hora, como las que se encontraron con Grecia, por ahora. Parece un objetivo loable. Ahora falta ver si lo consiguen, porque los que facilitan los datos son justamente cada uno de los Gobiernos, y no veo yo a los servicios de la Comisión Europea con capacidad para investigar si hay trampa detrás de cada una de esas cifras.

Recuerdo que cuando José María Aznar llegó al Gobierno, la principal obsesión que tenía, desde el punto de vista económico, era el control del déficit público.

Todos los meses, cada uno de los ministros tenía que pasar por Moncloa y despachar ante «el jefe» las cuentas de su departamento y el grado de cumplimiento de los objetivos que se le habían fijado con anterioridad. Algo así tendrán que poner en marcha los de la Comisión Europea, aunque, insisto, dudo que puedan.

Y, mientras tanto, en España se acerca poco a poco la fecha del cierre de los Presupuestos Generales del Estado para el año que viene. Primer reto.

El segundo será cuadrar el círculo de los apoyos para su aprobación. Zapatero y su gente lo tienen bastante complicado para conseguir lo que será en buena medida el escaparate de su política económica. Ya veremos qué es lo que hacen.