Roma
De izquierdista a biógrafo del Papa
Peter Seewald es de los pocos periodistas que ha conseguido mantener largas entrevistas con Benedicto XVI. Su último libro es fruto de este encuentro
Peter Seewald nunca quiso entrevistar al entonces cardenal Joseph Ratzinger. El hoy considerado como biógrafo oficial de Benedicto XVI tuvo que afrontar su primer encuentro con el hombre que cambiaría su vida como un encargo más de su periódico. «Si hubiera podido elegir habría entrevistado a Juan Pablo II, sentía que estaba más en mi onda, mientras que Ratzinger no era para nada mi tipo».
Con 39 años, este periodista alemán trabajaba en 1993 en el diario bávaro «Süddeutsche Zeitung», cuyos responsables pensaron que una entrevista al entonces Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe constituiría un tema muy atractivo para el suplemento del sábado.
Seewald se ocupaba entonces de política en el diario y no tenía prácticamente ni idea de religión. La propia fe, de hecho, la había perdido hace años. Aunque nació en una familia católica, la Iglesia era para él en aquella época una institución fría y lejana y de Ratzinger no sabía más allá de que le llamaban el «Panzerkardinal», el «cardenal carro de combate». Incluso había pasado por una época de militancia marxista, en la que fundó una publicación de extrema izquierda.
La ignorancia y falta de creencia no le impedían ser un buen profesional. Se preparó a conciencia, leyendo todo lo que el cardenal había publicado y los textos de sus admiradores y detractores, que de todo encontró. El primer encuentro con el prefecto provocó en Seewald un terremoto interior: halló a un intelectual y a un hombre de fe alejado de la imagen caricaturesca que ofrecían habitualmente los medios alemanes. Entre ambos surgió una profunda empatía, facilitada por las comunes raíces bávaras, que provocó en Seewald un deseo por redescubrir al Dios y a la Iglesia a que aquel cardenal de aspecto frágil y de voz aflautada había dedicado su vida.
Seis eternas horas
A aquella primera entrevista, que fue publicada por el «Süddeutsche Zeitung» en 1993, siguió un libro, solicitado al periodista por un editor que olfateó el interés que provocaba en el lector los pensamientos de Ratzigner y la enjundia de los mismos. Fue publicado en 1996 con el título de «La sal de la tierra», el primero de los tres libro-entrevistas que recogen las conversaciones entre Seewald y el actual Papa. Tras esta primera obra vería la luz cuatro años después «Dios y el mundo». Con el paso del tiempo el cardenal Ratzinger se había convertido en uno de los más importantes miembros de la Curia romana por lo que, cuando Juan Pablo II murió el 2 de abril de 2005, era uno de los favoritos para sustituirle en el solio pontificio, como finalmente ocurrió.
La elección como Papa del que hasta entonces había sido su entrevistado más importante significó un reto para el periodista. Al poco tiempo de iniciarse el nuevo pontificado, Seewald comenzó a escribir «Benedicto XVI. Una mirada cercana», publicado en 2006, en el que analizaba al nuevo Papa ofreciendo toda la información y curiosidades obtenidas en los doce años de amistad entre ambos. Pero lo que quería Seewald era repetir las experiencias anteriores y volver a entrevistarle.
Obtuvo primero un «no» por respuesta pero su insistencia y el buen recuerdo que habían dejado en el Pontífice los dos libros anteriores hicieron que finalmente se saliese con la suya. Esta vez el encuentro no fue tan largo como el que dio lugar a «Dios y el mundo», cuando el periodista y el cardenal pasaron una semana juntos en la abadía benedictina de Montecassino. Ahora Seewald se tuvo que conformar con una hora diaria de conversación con Benedicto XVI durante seis días del pasado mes de julio en el Palacio Apostólico de Castel Gandolfo. El resultado es «Luz del mundo. El Papa, la Iglesia y los signos de los tiempos», que ha sido publicado esta semana.
Aquellas seis horas, en las que el Pontífice afronta con frescura y valentía la actualidad de la Iglesia y del mundo en más de 90 preguntas, pudieron alargarse un poco más. Según contó Seewald al diario italiano «Il Foglio», pensaba que podría lograr que cada día el Pontífice se extendiese durante diez minutos más, por lo que al cabo de los seis días hubiera obtenido una séptima hora de respuestas del Papa. Una cuestión técnica lo impidió. El inherente miedo de todo entrevistador hizo que Seewald se presentase a sus citas con cuatro grabadoras, una de las cuales era de cintas de una hora que, al llegar a su fin, hacían un ruidoso «clac» que indicaba a Benedicto XVI que el tiempo había terminado.
«Luz del mundo»
La palabra impresa en las 240 paginas de «Luz del mundo» (Trotta lo ha editado en España) dejó la voz directa al Papa, en general sin alteraciones, como asegura Peter Seewald. Este libro, como los anteriores del Benedicto XVI y los publicados por Juan Pablo II, se han convertido en un fenómeno de ventas. El Papa ha anunciado que el beneficio de las ventas las entregará a la Fundación que lleva su nombre.
✕
Accede a tu cuenta para comentar