Cataluña

«Si logramos hacer las reformas empezaremos a ser más competitivos»

Tras su intervención inicial, el presidente de la CEOE respondió a las preguntas de cuatro periodistas: Gloria Lomana, directora de informativos de Antena 3; Javier González Ferrari, presidente de Onda Cero; Albert Montagut, director de ADN, y Francisco Marhuenda, director de LA RAZÓN.

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–GLORIA LOMANA: ¿Cómo se pueden poner las cosas para las empresas españoles ante la crisis que se está viviendo en los países árabes?
–JUAN ROSELL: Las empresas españoles exportan sobre todo a Europa, aunque sí es cierto que hay algunas empresas instaladas en estos países y en ellas esta crisis sí podría repercutir negativamente. Por tanto, tenemos que trabajar para sacarlas adelante.

–G. L.: La subida del crudo y del IPC, ¿repercuten mucho en la crisis?
–J. R.: El crudo repercute mucho en las economías mundiales. En 2010, representó el 0,5% de la riqueza mundial y ahora representará nueve puntos. Con el crudo, yo prefiero regalarlo a cero dólares y quedarme con los impuestos que se recaudan, como decía el presidente de la OPEP.

–G.L: ¿Qué le parece la medida del Gobierno de reducir la velocidad máxima a 110 kilómetros para ahorrar energía? ¿Servirá realmente para algo?
– J.R.: La mejor energía del futuro es el ahorro. Ahorrar es bueno. Mi hijo, que corre en el mundial de motos, me dijo que no le gustaba la medida. A mí, en cuanto al tema de poner límites a la velocidad, me gustaría que hubiera recomendaciones, no obligaciones.

–GONZÁLEZ FERRARI: ¿Cómo podemos fiarnos de los interlocutores sociales de siempre hablando de lo de siempre?
–J. R.: El Gobierno pone facilidades o no las pone, y los empresarios somos quienes creamos o destruimos empleo. En cuanto a los convenios colectivos, no somos las cúpulas quienes los negociamos. Pero desde la cúpula hay que transmitir que existen posibilidades de cambio. Eso sí, debemos admitir que existen convenios diferentes a los de hace años. Se han hecho, por tanto, cosas y se pueden hacer muchas más. Si no avanzamos en la negociación colectiva, los agentes sociales habremos fracasado.

–G.F: ¿Escucharemos noticias nuevas en cuanto a la negociación colectiva?
–J.R.: Serán diferentes. Se plantearán cuestiones nuevas, pero se está negociando y no se está filtrando, por lo que es una buena negociación. O sea, que va en serio.

–ALBERT MONTAGUT: ¿Cómo percibe el empresariado la fractura entre Cataluña y España?
– Creo que es un poco mito. Aquí en Madrid estamos un montón de catalanes la mar de cómodos. Veo muchos aquí mismo y no veo que tengan ningún problema. De hecho, creo que hay mayoría en el auditorio. Muchas veces nos creamos problemas que no ha habido.

– A. M.: ¿Las revueltas árabes cambian el estatus de las empresas europeas en estos países? ¿Contemplan ahora ustedes con más atención otros aspectos como el respeto a los derechos humanos o la democracia?
– Los empresarios vamos a los países y en ellos hay lo que hay. Tenemos que hablar con los gobiernos que haya. Pocas veces podemos dar lecciones políticas. En Rusia, en nuestra visita reciente, el presidente Medvedev nos dijo que harían las reformas que fueran necesarias y posibles según los tiempos que les fueran posibles.

– A. M.: ¿Qué le diría a un empresario que todavía paga el impuesto revolucionario a ETA?
–Primero, me pondría en su piel y no le diría nada. No soy quién para dar consejos sobre un problema de esa magnitud. No soy quién para dar lecciones a nadie en un tema tan particular.

–FRANCISCO MARHUENDA: Europa no es competitiva en relación al resto del mundo y España, tampoco. ¿Cómo ve dos anacronismos como que los salarios sigan ligados en España al IPC y el estado de las autonomías?
–En Alemania, en el año 1998 o 1999, no lo recuerdo, me contaba el presidente de su patronal que la palabra que se puso de moda fue «reformas». Si en España conseguimos también ponerla de moda, fantástico. Y si encima conseguimos llevarlas a cabo, entonces seguro que empezamos a ser competitivos. Pero vamos a ver cuáles podemos hacer para no tirarlo todo por la ventana. Para hacer reformas no hace falta romperlo todo. Hay que hacerlas de forma acompasada. En cuanto a la inflación, es increíble que años atrás, con la inflación negativa, los salarios subiesen un 2 por ciento o un 3 por ciento. Nosotros, con los sindicatos, firmamos para este año una subida de entre el 1 por ciento y el 2 por ciento. Algunas empresas tienen cláusulas para subir más, pero no creo que lo hagan, dadas las circunstancias.

–F. M.: En España tenemos dos problemas, el fraude fiscal, que parece que está bien visto por la sociedad, y los altos niveles de economía sumergida. ¿Cómo podemos combatir ambas cosas?
–En cuanto a la economía sumergida, nos gustaría que la legislación la hiciera imposible, porque se trata de una economía que hace la competencia a los empresarios. Necesitamos leyes fáciles de cumplir. Hemos de intentar que la realidad sea lo más próxima a la legalidad y seguir avanzando para que la economía sea muy inferior.