Historia

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La memoria selectiva del PSOE

La Razón
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Plantea el PSOE la última emboscada de ese intento por reescribir el pasado que es el proyecto de memoria histórica agitado por Zapatero. Si el PP no exhuma los restos de Franco y los retira del Valle de los Caídos incurriría en «un sentimiento de coincidencia con el pasado», dice Alfonso Guerra. No explica si él, los dirigentes socialistas y todos sus militantes mantienen algún «sentimiento de coincidencia con el pasado» porque el PSOE participara con tres ministros en la dictadura de Primo de Rivera, padre del fundador de la Falange. Entre ellos, Largo Caballero, autor de frases como ésta: «Si triunfan las derechas (…) tendremos que ir a la guerra civil declarada. Que no digan que nosotros decimos las cosas por decirlas, nosotros lo realizamos». O esta otra: «Ahí está la historia del partido para demostrar que la legalidad se ha roto cuando convenía a nuestras ideas». Por ejemplo, cuando auspició el levantamiento contra la legalidad republicana en 1934, baño de sangre que anticipó la Guerra Civil. Pero ahí tenemos que soportar su estatua en el centro de Madrid. ¿La consentiría este Gobierno de la memoria selectiva si fuera la de un dirigente que en el pasado hubiera confesado «no creemos en la democracia como valor absoluto; tampoco creemos en la libertad»? Yo sí creo que el PSOE, sus dirigentes y militantes forman desde hace décadas un partido democrático garante de una sociedad libre, aunque en su periódico oficial, tras la victoria de la derecha en 1933, pudiera leerse: «Renuncie todo el mundo a la revolución pacífica: bendita sea la guerra». Dejen, pues, de enfrentarnos con un pasado de odio y violencia del que ningún español puede sentirse orgulloso.