Estados Unidos
Los tratamientos antitabaco costarían al Estado 3300 millones
El Ministerio y las autonomías debatirán este trimestre la propuesta de Pajín de financiar con dinero público las terapias para dejar de fumar
Madrid- La propuesta de la ministra de Sanidad, Política Social e Igualdad, Leire Pajín, de que la Sanidad pública financie los tratamientos para dejar de fumar, podría suponer un coste para las arcas públicas de hasta 3.300 millones de euros, en el caso de que todos los españoles que fuman –unos 11 millones de personas– decidiesen dejar el tabaco y empleasen algunas de las terapias que existen actualmente.
Este gasto debería ser asumido por las comunidades autónomas, pues tienen trasferidas las competencias de Sanidad. No obstante, Pajín declaró el pasado sábado, en lo que parece una declaración de intenciones, la posibilidad de «ampliar las campañas de sensibilización y hacer accesibles las terapias y los métodos para dejar de fumar», a la hora de desarrollar el reglamento de la nueva ley antitabaco. En este sentido, las negociaciones de Sanidad con las comunidades autónomas podrían dar comienzo a lo largo del primer trimestre de este año, según señalan fuentes del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT).
300 euros por paciente
Según la presidenta del CNPT, María Ángeles Planchuelo, el coste de los tratamientos que existen hoy en día para abandonar el tabaco oscila entre los 250 y los 300 euros por persona, con una duración estimada de unos tres meses. De esta manera, si los 11 millones de fumadores que se calcula hay actualmente en nuestro país –el 24% de la población– recibiesen esta clase de terapias para dejar el vicio, los costes sanitarios se dispararían en unos 3.300 millones de euros, gasto que deberíamos asumir entre todos a través del pago de impuestos.
A pesar del elevado coste de estos tratamientos, la efectividad a la hora de dejar de fumar no está ni mucho menos garantizada. «Tan sólo el 40% o el 50% de los pacientes se mantienen sin fumar al cabo de un año tras la terapia», advierte Planchuelo. Según los cálculos del CNPT, la nueva normativa antitabaco provocará que aproximadamente el 10% de los fumadores intente dejar de fumar durante este año.
La posibilidad de que un elevado número de fumadores abandone el hábito plantea varios escenarios posibles. Por una parte, si bien las terapias pueden suponer un alto coste para las arcas públicas, el tabaco consume el 15% del presupuesto sanitario, según cálculos del CNPT. De esta forma, Sanidad destina anualmente unos 15.000 millones de euros al diagnóstico y tratamiento de enfermedades relacionadas con el tabaco, sumando el gasto público y el privado. Esta cifra, que representa el 1,5% del Producto Interior Bruto (PIB) de España, es más de cuatro veces superior al coste que tendría financiar terapias para dejar el hábito para todos los fumadores de España. Además, en estos datos no se incluyen los 530 millones de gasto que se estima provoca el tabaquismo pasivo al año.
El tabaco genera unos costes en las empresas públicas y privadas que superan los 7.500 millones de euros anuales, fruto del mayor absentismo laboral por causas de salud, la menor productividad en que se traducen las ausencias para fumar o los costes de limpieza y conservación de las instalaciones, especialmente en el sector de la hostelería.
Cabe destacar que a pesar de la elevada factura ligada al consumo de tabaco, las Administraciones Públicas ingresaron el pasado año 7.929 millones de euros en impuestos del tabaco, cifra que podría elevarse hasta 8.274 millones en 2011.
ANÁLISIS
Parches, chicles y antidepresivos
- ¿Cuáles son los medios más efectivos para dejar de fumar?
–A falta de fórmulas milagrosas, y con mucha fuerza de voluntad, los mejores sustitutivos son los parches, chicles y pastillas de nicotina. Reducen la ansiedad provocada por la adicción a la sustancia.
- ¿Qué medicamentos pueden recetar los médicos durante el tratamiento?
–Desde antidepresivos como Ibupropion, pensado para los pacientes con mayores índices de ansiedad e irritabilidad, pasando por Vareniclina, el primer fármaco que bloquea los neurotransmisores de nicotina en el cerebro, lo que evita el síndrome de abstinencia. Tras su revolucionaria aparición en 2004 en Estados Unidos, se comercializa en nuestro país desde 2006.
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