Grecia
ANÁLISIS: Los mercados miran hacia delante por Nicolás FERNÁNDEZ PICÓN
Los peores presagios en Portugal se cumplieron con la caída del Gobierno ante la falta de apoyo parlamentario en su cuarto plan de reforma fiscal, lo que parece abocar al país a un rescate (aunque sigue en contra del mismo) con la incertidumbre añadida respecto a qué Gobierno y cuándo podrá negociar las condiciones de ese rescate (no parece que antes de dos meses). En este sentido, Portugal afronta vencimientos de cerca de 4.500 millones de euros en abril y de cerca de 7.000 millones en junio. Si logra superarlos, la negociación del rescate podrá esperar al nuevo Ejecutivo; si no, la oposición tendrá que ponerse de acuerdo con el actual.
Con todo, la cumbre europea se cerró con el acuerdo, conocido desde el 11 de este mes, de garantizar que el fondo temporal tenga una capacidad de préstamo efectiva de 440.000 millones de euros, pero estará en vigor en junio. También las dudas sobre si Portugal aceptará el rescate (con las exigencias europeas como contrapartida) y sobre la forma en la que Irlanda hará frente a las pérdidas de su sector financiero. En cuanto a este último asunto, el Primer Ministro irlandés, Enda Kenny, prefirió no pronunciarse hasta que se conozca el resultado del stress test bancario en Irlanda (no antes de junio de este año) y manifestó que en caso de que los bancos necesiten una inyección extra de capital, realizará una quita de la deuda del Gobierno, ya que descartó que el nivel de retención en el impuesto de sociedades sea negociable. Dudas, en nuestra opinión, que no deben desviar de lo que ocurrirá a medio plazo: acuerdo seguro y necesidad de ajuste en países con España como principal protagonista.
¿Hay buenas noticias para España en todo esto? No, pero sí se constata un hecho y es que, desde diciembre, el mercado ha tendido a distanciar el grupo de los países en claro riesgo de reestructuración de su deuda soberana (Grecia, Irlanda y Portugal) del resto, en particular de España, y el spread contra el bono alemán, en vez de ampliarse, se ha estrechado. La modesta reacción del mercado sugiere también que el rescate portugués y los limitados avances europeos estaban en gran medida descontados y que las consecuencias para el conjunto de los activos periféricos pueden no ser sustanciales.
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