Fichajes

«Kun» polvorín

La Razón
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El peor problema que se plantea a los clubes en lo tocante a sus jugadores estrella es la necesidad moral de darles la boleta en contra de la opinión de los socios. Cuando un jugador como «Kun» Agüero anuncia que se quiere ir y, encima, afirma que su ilusión está en el Madrid es poner a la directiva del Calderón contra la pared. Después de haber proclamado que no dejarían que el futbolista se fuera al Madrid, tener que aceptar el trasvase es más que doloroso. La directiva rojiblanca no tiene otra salida que facilitar el traspaso y, para no dar su brazo a torcer, llegar a un acuerdo con un club extranjero. Pero da la impresión de que el futbolista se ha enrocado y no quiere otro traslado que no sea el de barrio. Agüero lo pondrá difícil para el Atlético y, consecuentemente, fácil para el Madrid que, pese a las promesas de no actuar de manera inamistosa, acabará por proclamar que se presta al fichaje del jugador porque éste ha conseguido el consentimiento de su club. Sería un modo de salvar la cara. Y mientras, en la recámara, Ibrahimovic. El Atlético no va a tener otro remedio que conceder la salida al jugador. Un futbolista descontento es activar un polvorín en el vestuario. Si se quedara, tras sus declaraciones de amor hacia el Madrid lo probable sería que la afición la tomara con él en cuanto fallara un gol.