Preparan un musical sobre Joaquín Sabina por Jesús Mariñas

Será para septiembre y luego vendrán otros con lo mejor de Serrat y de esa Rocío Dúrcal a quien la parentela no deja reposar tranquila en la cripta mexicana de Guadalupe. Allí todavía la veneran y recuerdan como «La señora» porque Marieta fue un ídolo en tierras aztecas.

El nuevo musical corre a cargo de José María Cámara, que fue una de las plataformas discográficas donde Julio Iglesias proyectó su universalidad. El cantante es de los que morirá sobre un escenario, siempre buscando el lado izquierdo, que es el aún retratable. Aunque ya no tiene ni ojos, tanto se le cayeron o apagaron los párpados. Eso no hay photoshop que lo arregle. Como testimonio caliente quedan las fotos de su recital madrileño para la Fundación Rafa Nadal donde se sabe que dos «madamas» de mucho enredo boicotearon la presencia periodística. Actuaron bajo manta alegando que «el tipo de concurrentes rechaza a los medios». Y Julio bramó al no ver informadores a pie de escenario.

Pero a lo que voy: fiel a sus propósitos, Cámara cumple uno a uno sus objetivos de hacer musicales netamente «made in Spain». Lo consiguió con el triunfal «Hoy no me puedo levantar» que él mismo produjo y por el que tarifó con Nacho Cano. Luego dedicó uno a recrear la copla al que falló su título, nada folclórico –a veces les pierde ir de modernos–. Y volvió a la carga con «Los 40», todo un éxito actual.

Sabina es cronista, observador mordaz y testimonio de la mejor tradición coplera. Así lo demuestra, todo un carné de identidad, su reciente trabajo «Vinagre y rosas». Pimpante y recuperado, Joaquín presta apoyo, colaboración, aunque ve con modestia que sus canciones se hagan antología, como ya pasó con Mecano. Desde «Memoria del exilio» a «Yo, mí, me, contigo» han compilado lo más significativo de quien está considerado el mejor autor pop rock español. Y aunque el humor le ha cambiado ante la prohibición ministerial de poder seguir fumando dos paquetes diarios en el ambiente cargado de las salas cerradas, le ilusiona el proyecto de Cámara.

Porque no todo va a ser resucitar a «Mamma Mía!» o esos vetustos «Miserables» y cualquier otro musical norteamericano. El «Sabinazo» bien puede repetir las tres temporadas madrileñas de «Hoy no me puedo levantar».