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La OTAN descarta volver a Libia a pesar de la caída de Bani Wallid

El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, ha dejado claro este jueves que la Alianza no tiene intención de regresar a Libia después de que presuntas fuerzas locales que no apoyan al Gobierno de Transición Nacional libio recuperaran el control de la localidad de Bani Wallid, antiguo bastión de las fuerzas gadafistas.

"Terminamos la operación el 31 de octubre del año pasado. Evaluamos claramente que habíamos hecho nuestro trabajo y que lo hicimos con éxito. Por este motivo, no tenemos ninguna intención de volver. Nuestra misión ha terminado", ha zanjado el danés en su primera rueda de prensa de este año, preguntado por la posibilidad de una nueva intervención aliada en Libia.

Así se ha pronunciado Rasmussen después de que el Gobierno de Libia haya reconocido la administración creada en la ciudad de Bani Walid tras un levantamiento armado protagonizado por la población local, algo que da una idea del poder que siguen reteniendo las tribus locales y la debilidad del Consejo Nacional de Transición (CNT) para controlar algunos enclaves del país.

Rasmussen ha defendido que los aliados llevaron a cabo una misión con "elevada eficacia"bajo el mandato de la ONU y con "un fuerte apoyo político y operativo"de países de la región como Qatar y Emiratos Arabes Unidos para "proteger a la población civil de los ataques del entonces Gobierno"de Muamar Gadafi en Libia. "Llevamos a cabo nuestra operación con mucho éxito. Protegimos a la población civil y salvamos miles de vidas", ha recalcado.

"Me gustaría hacer hincapié en que terminamos nuestra misión en Libia el 31 de octubre del año pasado. No tenemos ninguna intención de volver. Operamos en base a un mandato de la ONU y las disposiciones en base a las que conducimos nuestra operación ya no están en vigor. La respuesta rápida es que no estamos presentes en Libia y no tenemos intención de volver", ha apostillado.

El secretario general de la OTAN también ha reconocido la "preocupación"de los aliados por las amenazas de Teherán de cerrar el tráfico en el estrecho de Ormuz, clave para el flujo de petróleo, pero ha insistido en que la Alianza como organización "no está implicada en la cuestión de Irán".

"Seguimos la situación de cerca. Algunas declaraciones de líderes iraníes son un motivo de preocupación e insto al liderazgo iraní a cumplir sus compromisos internacionales, incluido para poner fin a su programa de enriquecimiento y garantizar la libre navegación por el estrecho de Ormuz", ha explicado.

Rasmussen ya rechazó la semana pasada la posibilidad de que la OTAN impulsara una acción armada en caso de que Irán cierre el estrecho de Ormuz en respuesta al embargo al crudo iraní aprobado por Estados Unidos y la UE.

"Me gustaría insistir en que la OTAN no tiene planes de intervenir", zanjó el danés la semana pasada en una comparecencia ante la prensa con el ministro de Asuntos Exteriores turco, Ahmet Davituglu, tras un encuentro en la sede aliada.