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Santander muestra el camino

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Madrid- Banco Santander confirmó ayer que la nueva reforma del sistema financiero va a ser el pistoletazo de salida de un nuevo mapa del sector. La entidad que preside Emilio Botín sacrificó los beneficios del cuarto trimestre para realizar una dotación extraordinaria para saneamiento de sus activos inmobiliarios por importe de 1.812 millones de euros, anticipándose así a los requerimientos de nuevas provisiones que el Gobierno aprobará, previsiblemente, el próximo viernes. El pasado año, Banco Santander ganó 5.351 millones de euros, un 34,6% menos que en el ejercicio precedente, de los que únicamente 47 millones correspondieron al periodo octubre-diciembre.

En su intervención, Botín destacó la capacidad del banco para generar resultados (el beneficio recurrente se situó en 7.021 millones) y al mismo tiempo cumplir con las exigencias de capital principal marcadas por la EBA, aumentar «sustancialmente» las provisiones para los riesgos inmobiliarios y mantener la retribución a los accionistas (0,6 euros por acción) por tercer año consecutivo, sin necesidad de elevar el «pay out» por encima del 50%.

El consejero delegado, Alfredo Sáenz, destacó la actitud conservadora de la entidad, dando prioridad al fortalecimiento del balance, al destinar 3.183 millones a saneamientos extraordinarios, el doble de las plusvalías obtenidas (1.513 millones).
Banco Santander cerró el ejercicio 2011 con un «core capital» del 10,02% (9,01% con criterios EBA) y una morosidad del 3,89%, 5,49% para España y Portugal.
Brasil es el país que más beneficios aporta al banco: 2.610 millones de euros, el 28% del total. España ha pasado a ser el cuarto, con apenas el 9%. Además de Brasil, es superado por Reino Unido y México.

Lo más destacado de la evolución en España es que los créditos inmobiliarios se han reducido en 14.000 millones en tres años. El banco ha elevado hasta el 50% la cobertura de los inmuebles adjudicados (8.552 millones), hasta el 33% todo el crédito al sector y al 16% los créditos que pueden tener riesgos inmediatos.

Botín piropeó al Gobierno al señalar que las reformas laboral y financiera «van en la buena dirección y son fundamentales», añadiendo que las nuevas exigencias de provisiones que aprobará el Gobierno el viernes tienen que ser cumplidas este mismo año y «las entidades no viables tienen que ser vendidas». De la reforma laboral pidió profundidad y calado, sin importar que luego venga una huelga general. Culpó en buena parte a los políticos de la crisis («hay muchos que lo han hecho muy mal») y a Europa de hacer las cosas muy lentamente y sin dar juego a Reino Unido. ¿Qué no hubiera hecho? «Prestado menos al sector inmobiliario». Dijo que habrá crédito cuando se recupere la confianza. Si el Gobierno toma las medidas necesarios los empresarios volverán a pedir créditos».