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Ponte las pilas

No han podido con ella, ni podrán. La familia, por fortuna para todos nosotros, está todavía muy enraizada en la sociedad española. Las autoridades comunitarias acaban de darnos la razón a mi amigo Rogelio y a mí al confirmar que España ha mantenido en buena medida su estabilidad y firmeza, a pesar de ese 20 por ciento de parados, gracias al sostén y parapeto que facilitó la familia. Si recordamos, tan sólo hace tres semanas en esta misma columna escribía que «… Es estampa habitual la del regreso de jóvenes al seno de la casa de los padres, en donde se ven amparados no sólo en las necesidades materiales sino en otras, igual o más importantes, como las emocionales y psíquicas. Multitud de jóvenes en paro o separados –éstos va en aumento– sin posibilidad de asumir las obligaciones, se han cobijado en lo que durante decenios fue su familia. Ésta se ha erigido en una de las tablas de salvación para frenar los efectos sociales de la crisis y, por tanto, para que ZP se mantenga en el poder y no haya tenido que enfrentarse a una sublevación popular...».
El Gobierno, mejor dicho, los Gobiernos de Zapatero, erraron su disparo al practicar una política ajena a los intereses y salvaguarda de la familia, incluso atentando contra ella. Sólo desde esta perspectiva pueden valorarse todas sus actuaciones a favor del matrimonio homosexual, del aborto, de la píldora del día después o el divorcio exprés. El fracaso se esas políticas ha sido estrepitoso y lo será más a pesar del daño causado. Así lo demuestra lo que he referido y, por poner otro ejemplo, la concentración multitudinaria de ayer en Madrid como afirmación y reivindicación de la familia.
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