Freixenet más allá de la Navidad

California- Cogidos de la mano y con un brindis de espumoso han celebrado Josep Ferrer, presidente de honor de Freixenet, y su esposa, Gloria Noguer, el 25 aniversario de la aventura americana de la casa de cava catalana. Y es que, aunque todos tenemos asociada esta marca con la Navidad, sus productos no entienden de fechas en el calendario y cosechan éxitos más allá de Nochebuena y Nochevieja. Un buen ejemplo es Gloria Ferrer, su bodega californiana, situada en Sonoma, uno de los valles vinícolas más privilegiados del país, con una extensión de 180 hectáreas, donde se produce el tercer espumoso más vendido, después de Möet Chandon y Mumm.

«Con esta bodega quise rendir un homenaje a mi esposa Gloria y a las mujeres de mi familia», confiesa Ferrer, cuya empresa ha recibido más de 300 medallas y tiene 18 sucursales repartidas por Argentina, Australia, Francia y México. Además, ya tiene la mirada puesta en el mercado asiático: «Me hace mucha ilusión», confiesa Ferrer, que posee ya un restaurante en Shanghái.

Dos tercios de sus viñedos californianos están dedicados exclusivamente a la producción de Pinot Noir y, el resto, a Chardonnay. Además, estos cultivos con sello catalán, donde trabajan 100 empleados, reciben 75.000 visitas al año y producen 120.000 cajas de cava y 40.000 de vino por temporada.

El secreto del éxito
Pero no todo es tan bonito como pueda parecer a priori. Detrás del éxito se encuentra el trabajo de una familia que cada año lucha contra «las condiciones climatológicas, que no siempre juegan a su favor, y la competencia de las marcas blancas», asegura Eva Beltrán, directora de Marketing de Gloria Ferrer. El inevitable golpe de la crisis ha sido atajado con la exportación de sus productos y con la ayuda de las redes sociales, en las que esta casa también está presente. «La innovación, la investigación y la internacionalización son los secretos de nuestro éxito», aseguran los propietarios.