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Lee Myung Bak: «Europa debe tomar decisiones dolorosas»

Lee Myung Bak: «Europa debe tomar decisiones dolorosas»
Lee Myung Bak: «Europa debe tomar decisiones dolorosas»larazon

SEÚL- El presidente surcoreano Lee Myung Bak atendió a LA RAZÓN en un salón de la «Casa Azul», su palacio presidencial, días antes de salir hacia la reunión del G-20 en México.

–Corea del Sur sufrió una crisis durísima en 1997 y la remontó con energía. Desde entonces, la renta per cápita se ha triplicado y la surcoreana fue la economía menos afectada por la crisis de 2008 de la OCDE. ¿Cómo lo hicieron? ¿Qué lecciones han sacado?
–Para solucionar la crisis lo más importante es un gobierno fuerte y determinado a hacer reformas. También es imprescindible la cooperación de los partidos políticos, las empresas, los sindicatos y la población en general. En Corea pudimos solucionar rápidamente la crisis uniéndonos, remando todos juntos y trabajando codo con codo, dando más fuerza al Gobierno para afrontar los problemas. Ahora es imperativo que los países europeos concentren sus esfuerzos en la reestructuración y trabajen con el resto de socios de la Unión Europea, incluida Alemania.

–En Europa hay sensación de «apocalipsis», mientras que aquí en Asia son tiempos de optimismo. ¿Preocupa en Seúl la situación de Grecia y España?
–Estamos atentos a la posible salida del euro de Grecia, a los problemas fiscales de España y a la situación de toda Europa. Pero nuestra economía está más preparada y es más estable que en 2008 para afrontarlo. Por ahora no hemos sufrido un impacto severo por la crisis europea, aunque sí estamos tomando todas las medidas para prepararnos.

–Comparándola con la crisis de 2008, ¿qué efectos espera que tenga la crisis de la eurozona en la economía global?
–La crisis de 2008 fue corta, pero tuvo un impacto fuerte. Gracias a la coordinación global en foros como el G-20, evitamos entrar en una depresión más profunda y en una guerra de proteccionismo. La actual crisis europea podría tener un impacto limitado gracias a otros factores, como los buenos datos de crecimiento en Estados Unidos, pero dependerá de cuánto se prolongue en el tiempo y de cómo actúa la Unión Europea. Es verdad que las naciones desarrolladas no tienen ya mucho margen fiscal para actuar, por lo que dependerá mucho de cómo conseguimos coordinar globalmente la actuación.

–El G-20 jugó un rol fundamental para sobreponerse a la crisis financiera de 2008, pero no ha sabido ofrecer recetas para la crisis europea. ¿Está perdiendo capacidad de liderazgo?
 –La crisis de 2008 fue una crisis global que afectó a todo el mundo, pero esta crisis es una crisis de la eurozona, originada dentro de sus fronteras y son sus miembros los que deben tomar la iniciativa para resolverla. El G-20 se esfuerza para proporcionar asistencia para ayudar a la eurozona remontar la crisis. En esta edición en México se buscarán medidas para combinar crecimiento y austeridad en la eurozona. Pero las naciones de la eurozona tienen que redoblar los esfuerzos para hacer reformas estructurales, aunque éstas sean dolorosas a corto plazo e impopulares para sus políticos. En el medio y largo plazo la Unión Europea tiene que aliviar los desequilibrios de la eurozona y esforzarse para lograr una auténtica integración europea en materia fiscal y financiera.

–El FMI espera recaudar unos 430.000 millones de dólares para su programa de expansión financiera para afrontar la crisis de la eurozona. Ustedes han prometido 15.000 millones. ¿Es suficiente? ¿Qué papel tienen los países en desarrollo aquí?
–No es fácil saber si será suficiente. Depende de muchas cosas, pero la prioridad para los países de la eurozona son las reformas estructurales que tienen que hacer. Los países en desarrollo no han dado números exactos, pero han confirmado su contribución. Yo creo que lo harán pronto. Por otra parte, los países en desarrollo están enfatizando también en la necesidad de completar la reforma en la gestión del FMI y sus cuotas.

–Ustedes también sufrieron muchos problemas derivados del sector inmobiliario. Problemas que no se han resuelto del todo.
–El sector inmobiliario en el pasado estuvo marcado por los altos precios y la especulación. Sin embargo, la propensión a la especulación ha sido reducida por los cambios demográficos y otros factores. Los precios se estabilizarán a largo plazo, pero no esperamos subidas de precio importantes, ya que nuestras políticas se centran en crear un sector robusto, sano y con precios estables.

–Hay quien opina que se está agotando esa inyección de energía que ha llevado a Corea del Sur a convertirse de la noche a la mañana en un país rico.
–Nuestro sistema económico de libre mercado se basa en la premisa del crecimiento continuo. Si esto no se impulsa desde todos los sectores de la población y con responsabilidad corporativa, será difícil mantenerlo. En la sociedad surcoreana actual, estamos viendo crecientes sentimientos en contra del crecimiento y los negocios, insuflados por plataformas políticas populistas que prometen enormes coberturas de seguridad social. Son pensamientos preocupantes para el progreso a largo plazo de la economía nacional. La economía surcoreana necesita seguir adelante. A través del crecimiento, se continuarán creando trabajos y reduciendo los espacios entre pobres y ricos. Es la única alternativa viable.

–Uno de los grandes problemas de su país es la amenaza de la vecina Corea del Norte. La muerte de Kim Jong Il y la transición se consideraron altamente peligrosas. ¿Se ha estabilizado la situación?
–Ningún país en el mundo sabe lo que ocurre en Corea del Norte porque es un régimen muy cerrado. Parece que Kim Jong Un se ha estabilizado en el poder ya ha consolidado la transición, pero el sistema afronta diferentes desafíos y enormes problemas que la diplomacia internacional tiene que seguir de cerca. Creo que la única vía posible para Corea del Norte es la apertura y la reforma, como están haciendo Myanmar o Vietnam, por ejemplo.

–Las amenazas de Corea del Norte son frecuentes. El año pasado se concretaron con provocaciones y dejaron muertos.
–Estamos acostumbrados a las amenazas de Corea del Norte con palabras muy fuertes, pero esto hay que entenderlo como una estrategia para consolidar su propia transición, son mensajes dirigidos a su propio país, por motivos internos. Es cierto que en el pasado daba la sensación de que Corea del Norte podía lanzar cualquier tipo de provocación militar sabiendo que nosotros no responderíamos. Pero ahora es diferente. Hemos notificado oficialmente a Corea del Norte, a través de China, que responderemos enérgicamente a cualquier provocación, en colaboración con Estados Unidos, Japón y nuestros aliados.

 

Radiografía de una nación
De país tercermundista a ejemplo para Europa en sólo 40 años
Lee Myung Bak ocupa uno de los sillones del G-20. El país que representa, Corea del Sur, es una potencia mediana, con una población parecida a la nuestra (50 millones), que sin embargo no tiene que hacerse invitar cada año, como le ocurre a España. Su presencia en el selecto club tiene que ver con la pujanza asiática, pero también con un currículum envidiable: un expediente del que Grecia, España y los países con problemas de la eurozona podrían sacar algunas conclusiones. Nación tercermundista en los 70, su renta per cápita superó ya a la española en 2010. Sus políticos disponen de una sociedad unida, volcada en la educación y el trabajo, que ocupa el quinto lugar en el listado de inversión en I+D, con unas cuentas públicas saneadas. A finales de los 90, el país atravesó una crisis financiera que recuerda remotamente a la actual. Entre otras medidas desesperadas, el Gobierno pidió que los ciudadanos donasen el oro y las joyas del patrimonio familiar para levantar el país. Miles de personas lo hicieron.