Qué hará el juez

La victoria contundente del PP de Francisco Camps en la Comunitat Valenciana sobre el socialismo –amplió su ya sobrada mayoría– invita a una lectura en el ámbito de lo personal. El político ya lo plasmé el lunes pasado. El triunfo de Camps se produjo en una tierra en la que el PSOE y toda la oposición, con la colaboración de ciertas escuadras mediáticas, apostaron su «resto» contra él durante dos años. Munición: tres trajes, que originaron la desproporcionada reacción de la Fiscalía, Policía Judicial y juez. Tras recibir el apoyo y la confianza de la mayoría de sus conciudadanos, mi amigo Rogelio se pregunta: «Y ahora, ¿qué va a hacer el juez? No lo sé. La victoria en las urnas no conlleva la absolución, pero debería abrir una reflexión en quien tiene la responsabilidad de mantener o no este «vía crucis» injusto. Y digo injusto por la desproporción de las actuaciones. Desproporción es el calvario a que se le ha sometido durante más de dos años por una nimiedad, que nadie vincula a la corrupción ni a haber metido la mano en la caja. Desproporción es que prácticamente se le haya abocado a la condena cuando informes pedidos por el fiscal para sustentar su acusación, como el de la Agencia Tributaria, han dictado que no se puede demostrar que le pagaran los trajes. Desproporción es que la Fiscalía, después de ese informe, mantenga la acusación cuando lo habitual es retirarla. Y la proporcionalidad, no lo olvidemos, es una de las cualidades inherentes a la Justicia. De lo contrario, deja de serlo. Insisto: ahora ¿qué va a hacer el juez. Así es la vida.