Berlín

«Hace una semana que es imposible comprarlos»

Los ciudadanos alemanes no han puesto en duda las instrucciones de sus autoridades sanitarias y por eso las frutas y verduras han perdido peso dentro de su dieta. Como explica Florian Schaller, un joven de Bremen –localidad próxima a Hamburgo, el foco de la intoxicación–, «he dejado de consumir productos españoles.

La Razón
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Además, desde que saltó la alerta, en los restaurantes no se sirven ensaladas. Lo normal es que los sandwiches lleven pepino y ya no lo encuentras», explica. También son muchos los españoles que viven en Alemania y que no comprenden la acusación de su país de acogida. «Mis compañeros bromean conmigo y dicen que soy infecciosa, que llevo virus», comenta Lourdes Piqueras, una estudiante de Turismo que vive en la ciudad de Mainz, al sur de Berlín, desde septiembre de 2010. Ella no es consumidora habitual de pepino, pero comparte piso con varios estudiantes alemanes que han dejado de consumir el producto. «Hace una semana que es imposible encontrar pepinos en el súper y los tomates se venden a precio de ganga. Antes, un kilo costaba unos cuatro euros y hoy lo venden a uno», afirma.

Se ha dado cuenta del descenso en el consumo y le sorprende el temor que se ha creado en la población. «En todos los comercios han colocado notas que explican qué debe hacerse antes de consumir frutas y hortalizas y, aunque los expertos no quieren que cunda el pánico, piden precaución a la población», explica la joven de 21 años. Los supermercados han sido los primeros en no seguir la cautela anunciada. La cadena alemana Lidl ha tomado la iniciativa y ha retirado «por cautela y temporalmente» todas las partidas de pepinos españoles que se distribuían en los centros de nuestro país. Aldi, otro de los comercios más importantes de Alemania, ha reducido considerablemente el pedido del producto. Como declara la Prensa germana, el pedido habitual supera los 70.000 kilos y los han reducido a más de la mitad.

En busca del origen
España presentará los resultados de sus investigaciones en un consejo extraordinario de los Veintisiete la próxima semana. El CSIC estudia desde hace diez años una cepa de E. coli y la van a comparar con la que se ha detectado en Alemania.