
Banco Santander
ANÁLISIS: Una inyección de confianza por Daniel Pingarrón

- ¿Por qué son necesarios una nueva reforma financiera y el saneamiento bancario?
-La reforma financiera que se planteó el pasado mes de febrero estaba bien encaminada, pero se ha demostrado insuficiente por tres razones principales: dilataba demasiado los plazos de saneamiento (hasta dos años), era poca ambiciosa en las previsiones que exigía (especialmente, para los activos considerados ahora como «sanos»), y no era demasiado realista, al confiar en exceso en las fusiones bancarias como solución del problema. Faltaban fondos para completar los saneamientos, y, además, el tiempo era escaso, porque la desconfianza en el sector se estaba propagando, con resultados muy negativos para todos los activos españoles cotizados. La situación de Bankia (un gigante con pies de barro) ha sido el desencadenante de la segunda fase de la reforma.
-¿Por qué se obliga a los bancos a provisionar el ladrillo «sano»?
-Por una cuestión de prudencia. Determinados activos que hoy se consideran «sanos» están sujetos a dejar de serlo en el futuro. Las perspectivas sobre la economía española de cara a los próximos años son muy negativas (se espera que el paro siga aumentando hasta finales del año que viene, cuando superará el 25%), lo que podría ocasionar un deterioro adicional en las carteras de los bancos españoles.
- ¿Qué es un banco «malo»?
-El concepto de banco «malo» es bastante ambiguo. Mayoritariamente, se entiende por banco «malo» una entidad que agrupa los activos tóxicos de cualquier naturaleza (hipotecas subprime, bonos soberanos depreciados, inmuebles, etc.) que pueden tener los bancos, y cuya posesión causa desconfianza en todo el sector financiero, además de consumir capitales (una especie de cuello de botella). El concepto banco «malo» suele estar también asociado a fondos públicos, pero no tiene que ser así necesariamente.
- ¿Qué novedades incluye la nueva reforma financiera aprobada ayer?
-Principalmente, tres. Tal y como se esperaba, se aumentan las provisiones necesarias para activos «sanos», hasta el 30% (por encima del 20-25%). Esto va a suponer hasta 30.000 millones adicionales. En segundo lugar, se obliga a que los bancos constituyan sociedades inmobiliarias (bancos «malos»), a los que desplazar los activos tóxicos valorados a precios razonables. A este respecto, se va a contar con la valoración de expertos independientes. En tercer lugar, se reitera la posibilidad de recurrir al FROB a aquellas entidades que no puedan cumplir con los nuevos requisitos (esto no es una novedad). El FROB podrá inyectar capital en forma de acciones o bonos convertibles contingentes (que tendrán unos intereses para el Estado del 10% anual, con la necesidad de devolver los principales en un máximo de 5 años).
- ¿Tendrá algún coste para el contribuyente? ¿Aumentará el déficit la posible presencia del Estado en algunas entidades?
-En principio, no. Las inyecciones adicionales del FROB no computan como déficit. El FROB cuenta actualmente con una capacidad ociosa de unos 5.000 millones de euros. El Gobierno calcula que las nuevas inyecciones del FROB serán inferiores a 15.000 millones de euros. El agotamiento del saldo del FROB podría implicar la necesidad de emitir más deuda pública para financiarlo, lo que sí supondría un problema (la Comisión Europea ha pronosticado que la deuda pública alcanzará el 87% del PIB a finales de 2013). En cualquier caso, toda aportación del FROB en la banca tendrá un retorno en forma de intereses o de plusvalías para el Estado. De esta forma, si las previsiones del Gobierno se cumplen, el Estado ganará dinero con la operación, al igual que hizo la administración americana cuando tomó participación en la mayoría de sus bancos.
- ¿No frenarán aún más el crédito las nuevas exigencias a los bancos?
-En teoría, podría ser así. Aunque también se busca el efecto contrario: aumentar la confianza y las posibilidades de financiación de la banca en los mercados interbancarios, y acelerar la salida de los activos inmobiliarios de los balances de los bancos para que también se liberen recursos. Con todo, las medidas contenidas en las dos fases de la reforma financiera no tendrán efectos por sí solas en la circulación del crédito, más allá de facilitar los canales de la oferta. La demanda de crédito es una cuestión más importante aún. Las políticas de austeridad del Gobierno también van encaminadas a disminuir las necesidades de financiación del sector público, dejando más crédito bancario disponible para el sector privado.
- ¿Contribuirá esta reforma a reducir la prima de riesgo y el coste de nuestra deuda?
-La desconfianza en nuestro sector financiero estaba teniendo un efecto negativo en todos los activos españoles cotizados (como la prima de riesgo). En este sentido, la toma de nuevas medidas es positiva. Pero existen muchos otros factores que tienen un efecto en la prima de riesgo, y, en estos momentos, la mayor parte de ellos no están dentro del campo de actuación del Gobierno español (futuro de Grecia tras las elecciones, políticas de crecimiento en la Unión Europea, decisiones del BCE, etc). La hipotética necesidad de emitir nueva deuda para financiar el FROB tampoco sería un factor positivo para la prima de riesgo.
- ¿Es la reforma financiera definitiva?
L-a nueva reforma financiera completa la anterior de febrero. Pero siguen existiendo dudas sobre si va a haber dinero suficiente para cumplir las nuevas provisiones. Si la suma de fondos privados (bancarios y de otro tipo de sociedades interesadas) y de los fondos públicos (FROB) no fuera suficiente, la apelación a los Fondos de Rescate Europeos sería el siguiente paso.
Daniel Pingarrón
Estratega de Mercados de IG Markets
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