Nueva York
Dónde va el fotoperiodismo
Los medios, salvo excepciones, ya no se pueden permitir enviar a un fotógrafo varios meses para hacer un reportaje
Se celebra estos días en Perpignan, con gran éxito, la vigésimo primera edición de Visa pour l'Image, que se ha convertido en el más importante festival internacional de fotoperiodismo. Paralelamente, en Londres tenía lugar el Foto8 Summershow, la muestra foto- gráfica más destacada de la capital londinense, a la que se presentaron más de 2.500 imágenes de 153 fotógrafos de todo el mundo. Se trata sólo de dos ejemplos en los que el fotoperiodismo es protagonista y en los que la participación ha sido masiva. Y, sin embargo, de ambos se desprende una idéntica conclusión: la mala salud que atraviesa esta dura profesión. Tanto es así, que Jean-François Leroy, creador del festival francés, aseguraba ya el año pasado que «ya es oficial, el fotoperiodismo está muriendo, va a morir, ha muerto…». Una opinión parecida tiene Neil Burguess, que fue responsable de Magnun en Londres o Nueva York, y que asegura que los medios no invierten en fotoperiodismo. Además, se queja de que los suplementos y revistas le pagan menos por un reportaje gráfico que les sirve para cubrir ocho páginas que lo que cobra por una única foto de una «celebritie». «Los medios mandan a un fotógrafo y a un redactor. Eso no es fotoperiodismo, eso es sólo ilustrar con fotos», añade.
Lo que parece evidente, es que el panorama ha cambiado radicalmente en los últimos 10 o 15 años. Los medios, salvo excepciones, ya no se pueden permitir mandar a un fotógrafo varios meses para hacer un reportaje. Además, la fotografía digital, el periodismo ciudadano e internet han venido a devaluar el trabajo de los profesionales. La mayoría de los acontecimientos se cubren con fotos de agencias y ya no es raro ver que, ante determinados sucesos, buena parte de los periódicos del mundo abren sus portadas con las mismas fotografías de las mismas agencias.
Cabe destacar en este sentido las declaraciones que el citado Jean-François Leroy hizo para la agencia de comunicación parisina «2e Bureau» en mayo pasado durante una conversación con Lucas Menget: «Creo que, o nos rendimos y decimos: no hay solución, lo dejamos y cerramos, o decimos: hay modelos que aún no se han inventado. Y estoy convencido de que toda esta revolución a la que asistimos, con la exaltación del iPad de Apple, va a aportar nuevos modelos, nuevas vías. Se ha realizado un sondeo recientemente que revela que el 80% de la gente no está dispuesta a pagar por información en internet. Sin embargo, la información de calidad es cara, es costosa de producir y no puede ser gratuita. Porque, a menos que se tengan mecenas que decidan financiar proyectos que pongan "graciosamente"a disposición de todo el mundo, los periódicos y las empresas de prensa tienen que seguir ganándose la vida. Para mí, el mayor peligro es que, a fuerza de dejar de producir y de ir a buscar las fotos únicamente a Twitter, Flickr o Facebook, se pierda la exigencia respecto a la calidad de la información».
A pesar de todo, se ven pequeñas luces al final del túnel. El pasado mes de agosto, el diario británico «The Times» publicaba un reportaje a doble página en el que, bajo el título de «El nuevo fotoperiodismo», muestra cómo algunos jóvenes fotógrafos free lance habían apostado por exponer sus trabajos en galerías de arte, «algo inusual hace 10 años, pero que es el camino que muchos de nosotros hemos decidido tomar», dice Colin Hampden-White, joven fotógrafo de prensa que trabajó para diversos medios británicos y que ahora va por libre.
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