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La perrita Dulcinea ya tiene familia
Con tan sólo un año de edad, Dulcinea, una perra mestiza de color blanco y gris, ha sido protagonista de una emotiva historia con final feliz.
Durante más de quince días, muchas personas que pasaban a diario por la carretera que va de Ávila a El Espinar camino de sus trabajos veían a esta perrita de aproximadamente un año de edad jugándose la vida entre los camiones y coches para proteger a su compañero, otro perro mestizo de color canela que no tuvo tanta suerte y yacía muerto en la cuneta a causa de un atreopello.
A Dulcinea no le importó pasar hambre y frío si a cambio podía estar junto al que hasta entonces había sido su mejor amigo. Con élpasó quince días esperando que quizá en algún momento volverían a emprender juntos el viaje que un día comenzaron; algo que sin embargo nunca llegaría.
Varios voluntarios de la asociación El Refugio intentaron cogerla con una cerbatana ante las numerosas llamadas de inquietud y preocupación de quienes día a día pasaban por el lugar de los hechos.
El primer día fue imposible, ya que la perra esquivó los dos dardos que disparó una de las voluntarias de dicha asociación y no se pudo hacer nada.
Al día siguiente, con la seguridad de que Dulcinea seguiría en el mismo lugar acompañando a su amigo muerto, otros voluntarios acudieron nuevamente, coincidiendo con más personas que intentaban cogerla y así evitar que en cualquier momento un coche pudiera atropellarla.
Finalmente, y tras dos días de intentos fallidos, Dulcinea fue rescatada.
Una nueva familia
La historia de esta perrita fue tan emotiva que rápidamente saltó a los medios de comunicación y un gran número de personas al enterarse de lo ocurrido quisieron adoptarla; incluso, gente de Europa y América llamaron y escribieron a El Refugio interesándose por su adopción. Pero finalmente los afortunados fueron Laura y Francisco, dos madrileños que nada más ver en la televisión lo valiente que había sido Dulcinea al jugarse la vida por acompañar a su compañero no dudaron ni un momento en coger el teléfono y pedir la adopción.
«Laura lloró mucho cuando vio por primera vez a nuestra heroína, estaba muy emocionada al saber que ella y Franciso eran los afortunados que iban a poder cuidar de Dulcinea», afirma Nacho Paunero, presidente de El Refugio.
Según Paunero, la pareja madrileña vive feliz junto a la que ahora es su nueva mascota: «los dueños nos cuentan que la perrita se ha adaptado muy rápido a su nuevo hogar y ahora es una más de la familia».
Pero Dulcinea no es la única mascota que ha vivido una triste historia antes de ser adoptada. Al igual que ella muchos perros son recogidos a diario por asociaciones protectoras de animales, esperando un final feliz.
«Gracias a internet, el número de adopciones está aumentando en España; sin embargo, tan sólo el tres por ciento de quienes deciden tener un perro lo adopta» expresa Paunero.