Bruselas

Cataluña confirma que no puede pagar a geriátricos y dependientes

La Razón
La RazónLa Razón

BARCELONA- Tan indignado salió el conseller de Economía catalán, Andreu Mas-Colell, de la última reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF), hace 18 días, que llegó a plantearse que «quizás no tenga mucho sentido acudir a estos foros». Mas-Colell regresó a casa con la sensación de que a los gobiernos autonómicos se les trata como «críos», después de que el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, rechazara todas las demandas catalanas, inclusive, la de repartir el punto adicional de déficit que Bruselas ha concedido al Gobierno. Aunque parecía imposible, en dos semanas, la tensión entre el Gobierno y la Generalitat se ha triplicado hasta llegar a niveles insostenibles. Pero tal y como están las cuentas de la Generalitat, Mas-Colell no puede permitirse no asistir a la reunión de hoy del CPFF. La conselleria de Economía avanzó ayer que no tiene dinero para pagar el mes de julio a las entidades sociales con las que tiene plazas concertadas, como geriátricos, residencias de discapacitados y entidades de atención a enfermos mentales. Por su parte, Bienestar Social y Familia, confirmó que las entidades sociales no ingresarán los pagos corrientes que tenían que recibir hoy. En un intento de silenciar las alarmas, el responsable de Bienestar Social y Familia, Josep Lluís Cleries, aseguró que «estamos ante un problema puntual» y que los pagos de agosto se efectuarán con «normalidad». Lo que no sabe es cuándo se ingresará julio. La Generalitat participará hoy en el CPFF, organizado a toda prisa por Montoro, ahogado por los números. Hacienda convocó la reunión el viernes por carta, con tan poco tiempo de antelación, que la reunión que técnica que precede al consejo y que se tenía que celebrar ayer por la tarde, se hará esta mañana. En ella, se cuadrará el orden del día que, si no hay novedades, tratará de establecer los objetivos de déficit individuales y de estabilidad presupuestaria. La aprobación de la propuesta de pacto fiscal y las condiciones del fondo de rescate, al que Cataluña tendrá que acogerse, no han hecho más que complicar la relación entre Gobierno y Generalitat.