Cataluña

el problema es orientar de una vez su experiencia a la innovación y el desarrollo

La Razón
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BARCELONA-Existe un concepto que domina todos los análisis desde hace una década: la innovación. Todos los expertos, sin excepción, la señalan como imprescindible. ¿Está Cataluña en buenas condiciones para que su economía avance en esta dirección? «Cataluña tiene un problema:es necesariocapital, mucho, y coordinación ycolaboración», afirma el profesor Niño Becerra, quien subraya que «el futuro es de laBiotecnología, de la Logística,del Sector "R": recuperación, reutilización».Estapé explica que «el gasto total en I+D (investigación + desarrollo) en Cataluña es bajo (por ejemplo, en 2006 fue de 2,614 millones de euros, mientras que Nokia por sí sola gastó 3.712 millones)». «Para mejorar la conexión entre ciencia y empresa, Cataluña debería afrontar tres retos: una oferta de ciencia de alta calidad suficiente, una demanda de alta calidad suficiente, y una adecuada conexión entre las dos», asegura.Este mismo profesor concede que «en las dos últimas décadas las empresas catalanas han hecho esfuerzos para ser más competitivas., sin embargo, los esfuerzos en innovación se han quedado rezagados». «Hay señales de que no ha habido aún una clara ruptura con el modelo de negocio tradicional catalán derivado del período autárquico con mano de obra barata, tecnología importada y un mercado protegido. No sé si el modelo de negocio tradicional sobrevivirá a la crisis», concluye Estapé.Comajuncosa insiste en la importancia de «sacar adelante los sectores de valor añadido y exportables». «Que pierda peso la automoción y lo ganen las biotecnologías y las energías renovables. Habría que cambiar, por otro lado, la inercia de contentarnos en seguir haciendo lo mismo, donde la única novedad era construir más», ironiza.Niño Becerra coincide en que «en Cataluña el peso de la construcción ha sido monstruoso, y lo es el del turismo de bajo valor, y el del automóvil, también de bajo valor». «Hay mucho que retransformar, y en algunos casospienso que seráimposible», alerta.Sin duda, las empresas catalanas afrontan una tarea herculeque resume Estapé: «Para poder competir con otras regiones del mundo, hacen falta unas infraestructuras de primera, una mano de obra cualificada y un entorno dinámico. En definitiva, productividad, capital humano, renovación, innovación e internacionalización son las claves del modelo productivo del futuro»