La UE zanja la polémica con España sobre violencia machista

El último frente lo abrió la luxemburguesa, responsable europea de Justicia, la pasada semana durante una rueda de prensa en la que señaló que España «tiene un nivel muy bajo» de protección. La nueva puya encendió al Gobierno, que mantuvo durante su presidencia de la UE el pasado año una batalla delante y detrás de las cámaras a raíz de la tramitación de la orden para la protección de las víctimas de género en toda la UE. El origen fue una lucha de competencias entre Reding y la presidencia española, pero que terminó con severos descalificativos de la comisaria y llamadas de las más altas instancias entre Madrid y Bruselas.

Tras la crítica del pasado miércoles, en la que precisamente Reding presentó su prometido paquete legislativo para la protección de víctimas, el secretario de Estado para Asuntos Europeos, Diego López Garrido, envió una carta a la vicepresidenta del Ejecutivo comunitario en la que decía que sus declaraciones le causaron «una gran sorpresa y estupor», por lo que «las rechazamos enérgicamente». La enérgica respuesta por carta del Gobierno, en la que se recogían los pasos que se han dado en los últimos años en el campo de la lucha contra la violencia de género, parece haber tocado hueso. Reding ha enviado una respuesta conciliatoria al ministro de Justicia, Francisco Caamaño, en la que agradece el apoyo dado por España a su iniciativa para la protección de las víctimas.

Tras este arranque, la vicepresidenta entierra el hacha de guerra y valora en la carta, a la que ha tenido acceso LA RAZÓN, «las orientaciones marcadamente progresistas» que España ha adoptado para la protección de las víctimas, y añade que «pueden servir de inspiración para nuestro trabajo común».Reding reconoce que ha habido «diferencias» en el pasado sobre este tema de la euro orden de protección, pero se felicita de que se haya logrado un acuerdo. Desde su equipo insisten en que no se tiene ningún problema con el Gobierno, con quien se quiere pasar página a las discrepancias del pasado. Y justifican que la comisaria se refirió con sus palabras a la percepción de las víctimas, y no tanto de las medidas en marcha. Según los datos de la Comisión, este grupo de cola incluye también a Finlandia, Alemania, Italia, Portugal y Grecia, países que la comisaria no mencionó.