Gastronomía
Crianza de bandera
Páramo de Guzmán es una bodega que tiene tanta personalidad que cualquiera de sus vinos poseen unos recuerdos, aromas, sabores y sensaciones táctiles inolvidables. Perteneciente a Ribera del Duero, posee un conjunto entre la fruta y la elaboración que constituye una auténtica seña de identidad. Para la ocasión, el crianza 2008, añada que está dejando estupendos vinos, aglutina esas características de la casa con la tipicidad de la fecha. Un gran vino de crianza, que parece un reserva y de los buenos, lo que quizá ocurra con otros compañeros de zona y añada.
Su capa es tan intensa que la copa se tiñe de un color rojo vivo, con una tonalidad que, a pesar de sus ribetes de juventud, augura una larga vida. En la nariz, este Páramo tiene la clásica fruta negra bien madura, mucha mineralidad y algo de regaliz, todo lo cual se funde a la perfección con un conjunto moderno de frutos secos, coco, y algo de vainilla. Pero hay que esperar a la boca, pues el vino explota de manera carnosa, dulzón, por grado y glicerina, armado de taninos, un poco potentes, que luego se encargan de ocupar el paladar completo para prorrogar la sensación aromática. Incluso su retrogusto nos hace sentir algo difícil como es el tabaco o el chocolate mentolado.
Este estupendo vino es la ecuación característica de una viticultura respetuosa, y de una idea clara y sin retóricas de la enología.
Ficha
Nombre:
Crianza 2008.
Tipo: tinto crianza.
D. Origen: Ribera
del Duero
Bodega: Páramo
de Guzmán.
Precio:15 euros.
Web:
www.paramodeguzman.com
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