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Bienvenidos al África de las oportunidades

Guinea Ecuatorial, antigua colonia española, se convierte en el destino de empresarios españoles que huyen de la crisis 

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MALABO (GUINEA E.) - Cuando la crisis golpeó a España, Juan Carlos de Fuente trabajaba en el sector financiero. Víctima del colapso económico vio la solución a su problema en una oferta laboral a 5.000 kilómetros de su Cataluña natal. No fue el único. Como él, decenas de españoles han encontrado en Guinea Ecuatorial las oportunidades que le niega su país.

Hacer negocios allí «da gusto, porque hay mucho trabajo y además productivo, lo que se traduce en contratos». La construcción y la agricultura son los dos sectores con un mayor recorrido. El primero es, actualmente, el más atractivo para los españoles. Sin embargo, el del campo está prácticamente inexplorado. Y es que hoy en día, el país que gobierna Teodoro Obiang debe importar casi el 70 por ciento de los productos que consume.

«Aún queda mucho por hacer», asegura De Fuente, lo que le lleva a invitar a los empresarios patrios a desembarcar en la que se considera la puerta de entrada a África central.

Además de un acusado espíritu emprendedor se precisa capital inicial, «que nadie venga a lo loco». En Guinea, las carencias, que son muchas, se interpretan como oportunidades, así que queda todo un mundo empresarial por conquistar. Los españoles lo tienen más fácil. No sólo comparten una lengua en común y un pasado relativamente calmo, sino que se rigen por leyes similares. Los impuestos y las retenciones son «más o menos iguales», así como el plan contable –conocen bien el IVA e IRPF-.

Hay, no obstante, tiempo para el ocio. El catalán juega a golf en sus ratos libres, afición que comparte con los residentes de la base estadounidense que la compañía petrolífera Marathon ha levantado en una zona privilegiada de la isla de Bioko, donde se halla la capital Malabo. Marvin Rainsdon es el responsable de que la firma norteamericana extraiga 190.000 de los 500.000 bidones de crudo que cada día pare la tierra guineana. Medio bidón por día y guineano.

Al nativo le deben no sólo respeto, sino también beneficios, pues la ley obliga a los extranjeros a formar sociedad con nacionales. «Las relaciones empresariales son como un matrimonio, con conflictos que trabajamos para superar».

Porque no es petróleo todo lo que brilla en Guinea Ecuatorial. Existe un pasado y un presente de tiranteces y reproches, como evidencia el ministro delegado de Información y Turismo, Alfonso Nsue, quien piensa que la presencia española en el país africano es anecdótica. «Nos ponen freno y no sabemos de dónde procede».

No quieren tutores, ya los tuvieron, y se muestran susceptibles al quijotismo. Del empresario español dice que le pierden las formas. El ministro, formado en Valencia, lamenta que se excedan en la confianza, y eso les recuerda a otros tiempos, a una época en la que el colono era también amo.