Francia

El «show» de la primera dama

La pareja de Hollande podría tener su propio programa de televisión

El «show» de la primera dama
El «show» de la primera damalarazon

Se ha ganado a pulso el título de primera dama irreverente y los franceses no logran descifrar si es Valérie Trierweiler la que no está a la altura de su papel como consorte o es el país el que no está preparado para alguien como ella. El caso es que tanto su imagen como la de Françoise Hollande han caído en picado desde que pisaron el palacio presidencial –según una encuesta, la popularidad de Trierweiler se ha hundido al 29% y, además, el 42% de los franceses consideran que la vida privada de Hollande está perjudicando su figura como presidente–.

Al margen de cuestiones estrictamente políticas, los ademanes díscolos de Trierweiler no han ayudado. Se empecinó en conservar su puesto de trabajo en «Paris Match» y, pese a la lluvia de críticas, sigue formando parte de la plantilla de la revista. Quiso dejar en evidencia a la ex de Hollande, Ségolène Royale, y lo hizo sin tapujos vía Twitter. Y ahora, tras varios meses de especulaciones, es posible que ya haya llegado a un acuerdo con Canal+ para presentar un programa de televisión. De hecho, ha sido la propia cadena francesa la que ha confirmado la existencia de «contactos informales» con la primera dama y, según publica el «Daily Mail», Trierweiler habría firmado ya con la emisora para presentar un programa cultural que se emitiría cada dos meses. Una noticia que ha irritado a la opinión pública gala, ya que a la mayoría le parece inconcebible que la primera dama pueda disponer de un espacio propio en televisión. «Este medio les interesa por el poder de la imagen y porque no hay otra forma de comunicación con mayor capacidad de penetración en la audiencia –comenta el asesor de imagen y consultor político Airam Pérez –. Aunque es un arma de doble filo: puede salir bien, pero hay muchísimas posibilidades de que sea catastrófico a nivel mediático y de que llegues a contradecir el mensaje político del gobierno de tu marido».

Contraproducente
También Bruno Roger-Petit, uno de los analistas políticos más afamados de Francia, ha comentado que esta idea es poco recomendable: «Por mucho que el programa sea de corte cultural, puede influir fácilmente en artistas que hayan apoyado a Hollande políticamente», comenta, antes de opinar que «un programa cultural se puede convertir en algo profundamente político, por lo que a lo mejor es el momento de definir un marco legal para el status de primera dama». A la espera de que se regulen sus competencias como consorte, los asesores saben que las primeras damas son una de las grandes bazas de los presidentes. Aunque no es así en el caso de Hollande. «Las esposas suelen ayudar a resaltar valores en los que el político falla, tiene que dar más esa visión de mano izquierda, familiar, y ayudar a suavizar continuamente el mensaje político, explica Airam Pérez. «La actitud de Trierweiler es contraproducente. Por el bien de la figura de Hollande como presidente, necesita más a una mujer que se mantenga en un segundo plano y que no sea tan mediática como lo fue Carla Bruni. Sobre todo para distanciarse de lo que hizo su predecesor, Sarkozy», comenta.

Tan odiada por los ortodoxos como admirada por los que defienden que estos problemas no se producirían si ella fuese la presidenta y su marido el que ejerciese su profesión (como ocurre con el marido de Merkel, que es catedrátrico de química en la universidad), Trierweiler defiende su postura alegando que «mantener mi independencia financiera también me permite tener los pies en el suelo».

Un extenso currículum
La primera dama de Francia estudió Historia y Ciencias Políticas, convirtiéndose así en politóloga. Completó sus estudios con un máster de la misma rama en la Sorbornne. Su perfil como periodista comenzó a forjarse hace veintidós años colaborando con la revista semanal «Paris Match» (de hecho, desde que llegó al Elíseo, su crónica literaria en la públicación continúa insertándose en la misma página–. Además, también ha trabajado en televisión: entre 2005 y 2007 fue moderadora de tertulias en el canal Direct8.