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Los detalles del cara a cara por Valvanuz S Amoraga

La Razón
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La mirada tranquila de Hollande
La «proxémia» está medida en el plató de 900 metros cuadrados, los dos contrincantes se sitúan separados por 2,5 metros de mesa y con sillas regulables que compensan la baja altura de Sarkozy. Todo ello controlado por 20 cámaras de televisión. Hollande, con una política más centrada en Francia que en Europa, se muestra tranquilo en su paralingüística (su ritmo al hablar es más lento, seguro), evita una actitud defensiva, no se muestra intimidado y repite los mensaje de la campaña electoral porque sabe que es su fortaleza. Los dos muestran las manos para dar confianza, las usan para dar fuerza a su mensaje y son sus armas fundamentales. Aunque Hollande comunica mucho con la mirada, mira de frente sin amedrentarse y no pierde la seguridad.
 

El tono tajante y combativo de Sarkozy
Todos los líderes políticos usan el lenguaje no verbal o sinergología para conseguir sus objetivos. Son muy conscientes de que una sonrisa, una actitud de confianza o una postura relajada valen más que un gran discurso. Las palabras sólo juegan una pequeña parte en el proceso de persuasión, de ahí la importancia en un debate y los dos candidatos son hábiles. Dominan su lenguaje corporal y buscan una pérdida de control en el adversario para poder mover la balanza a su favor. Sarkozy se caracteriza por su carácter combativo, beligerante y duro con sus interlocutores y necesita mostrar su eficacia a nivel internacional para compensar los seis puntos de diferencia con su rival. Su ritmo rápido al hablar y su tono tajante dan fuerza a su comunicación.