Morente en El Molino

El destino ha querido que el maestro ofreciera su último recital en Barcelona. Enrique Morente no se lo pensó dos veces y se plantó aquí para actuar poco antes de entrar en capilla –y nunca mejor dicho– para operarse. Fue en El Molino, catedral del Paralelo, en esas noches de gloria que cada martes nos regala Mayte Martín. Si no hubiera sido por ella, el maestro se habría quedado en casa: «He "venío"porque eres tú, y por el cariño que te tengo». Tan era así que al día siguiente le dijo a su ilustre discípula que no iba a cobrar el trabajo: «Me llamó para decirme que no quería cobrar, que esa era su aportación a la hermosa y difícil peregrinación que yo había emprendido en pro del flamenco del alma», escribe Mayte Martín en el número especial que la revista La Factoria (www.revistalafactoria.eu) acaba de dedicar a este Picasso del cante.
Y es que Cataluña es un gran referente flamenco; es más, del flamenco innovador. Aquí, lejos de los cuervos de la ortodoxia, que habitan por Andalucía, ese arte es más libre.
Quizá por ello no le ha costado a Enrique Morente hacer escuela en estas tierras. Ahí están Mayte Martín y Miguel Poveda, que tan bien casan con El Pele, Luís El Polaco, Javier Montenegro, Esperanza Fernández, Arcángel, Marina Heredia, Segundo Falcón y su hija Estrella, los discípulos de allí.
¡Gracias, maestro!