El gafe de Pedro Castro

Lo que quizás no han tenido en cuenta es que «a manos de traidores perecen los buenos servidores». Y si no, que se lo digan a Trinidad Jiménez. En el día de la presentación de la candidata de Ferraz, fueron varias las voces socialistas que dieron la voz de alarma al comprobar que tras la ministra de Sanidad se encontraban miembros socialistas más conocidos por sus «tejemanejes» que por su vocación política. Es el caso de José Antonio Díaz, frustrado candidato a liderar el PSM en el año 2000, de la mano de los conocidos como «Renovadores por la base», corriente a la que pertenecía los innombrables Tamayo y Sáez, que robaron en el último minuto a Simancas la Presidencia a la Comunidad. Pero no sólo chirrió la presencia de Díaz en Callao. El otro nombre que hizo a más de uno pestañear dos veces fue el de Pedro Castro. El apoyo del presidente de la Federación de Española de Municipios que, a priori sería uno de los más cotizados, podría traer más penas que alegrías.

El motivo es la leyenda de «cenizo» que, desde el año 2000, acompaña al alcalde de Getafe. Y es que cuando Castro ha tenido que tomar partido frente a dos compañeros enfrentados al final ha resultado que el suyo era el caballo perdedor. Conocido fue cómo presidente de la FEMP defendió a capa y espada a José Bono, en el 35º Congreso nacional del partido del año 2000, y cómo vio que la victoria se la llevaba José Luis Rodríguez Zapatero. Pero como buen camaleón, Castro pronto se arrimó a los nuevos ganadores y sólo cuatro meses después cambió de bando en el IX Congreso regional de la Federación Socialista Madrileña. Apoyó a José Antonio Díaz, que José Blanco avalaba –exactamente igual que en el actual caso de Jiménez–. Sin embargo, y contra todo pronóstico Simancas, con el apoyo de los «guerristas» –como ahora ha hecho Gómez con Juan Barranco– le arrebató el primer puesto. Casualidad o «gafe».