Barcelona

A Llongueras le toman el pelo

A través de un burofax. Así ha expulsado Esther Llongueras del negocio familiar a su padre.

El peluquero asegura que siempre «he intentado ser buen padre»
El peluquero asegura que siempre «he intentado ser buen padre»larazon

La administradora de la sociedad Peluquería y Maquillaje S.A. (Peyma) ha despedido a su progenitor de esta empresa. Creada en 1987, formada por dieciocho peluquerías de los 120 salones de belleza que la firma Llongueras tiene repartidos por todo el mundo, entre franquicias, escuelas de formación, cesión de marca y dieciséis salones con la mayoría de Lluís Llongueras.


Actitud sancionable
En el burofax se recoge que ha decidido prescindir de los servicios del popular estilista –que hasta ahora era presidente e imagen de la empresa– a todos los efectos «porque las tareas que realiza no lo son a satisfacción de esta empresa ni ostenta actualmente ningún poder notarial para ejercerlas». «Su actitud es sancionable con el despido que se le insta, de conformidad con el artículo 54.2 del Real decreto 1/1995 del 24 de marzo, por el que se aprueba el texto refundido por la Ley del Estatuto de los Trabajadores», añade el documento que, sin embargo, reconoce «la improcedencia del despido» y le ofrece la cantidad de 6.258,63 euros «en concepto de indemnización máxima, a razón de 45 días por año trabajado a partir del 1 de diciembre del 2006», junto con 888,07 euros netos «en concepto de liquidación, saldo, finiquito y nómina».

A pesar de que su hija argumenta falta de profesionalidad de Llongueras como causa de despido , lo cierto es que podría haber rencillas familiares de por medio. Algo así como «cría cuervos y te dejarán pelado». Y es que el peluquero está casado en segundas nupcias con Jocelyne Novella desde agosto de 2006, con la que tiene dos hijos y una hija menores de edad. Además él mismo explicó ayer que «intentando ser buen padre, al formar esta empresa, se pusieron las acciones a nombre de varios familiares». Lo que ha sucedido es que, ahora, sumando las acciones de su ex mujer y de sus dos hijos mayores, suman más del cincuenta por ciento y pueden decidir sin su consentimiento.