Atenas

Grecia tira la toalla y vuelve a tumbar las bolsas europeas

La interminable saga para salvar a Grecia de su bancarrota, que ha puesto a la zona euro contra las cuerdas, vivió ayer una nueva complicación al romperse las negociaciones para el pago del sexto tramo de dinero ya comprometido, y que debían desembolsar este mes la UE (5.800 millones de euros) y el FMI (2.200 millones de euros).

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La «troika» (Comisión Europea, BCE y FMI) abandonó Atenas por las discrepancias con el Gobierno griego respecto a sus objetivos de déficit y la posibilidad de nuevas medidas que tomar, dejando por el momento a los helenos sin el dinero que necesitan para pagar a sus prestamistas internacionales y mantener el frágil pulso de su economía. El desacuerdo provocó una reacción inmediata en los mercados de valores, que optaron por las ventas hasta tumbar los índices al cierre de la sesión.

Todas las bolsas europeas, con la excepción de Lisboa, que acabó con una subida del 0,52%, cerraron con fuertes pérdidas, lideradas por Atenas (-3,98%) y Milán (-3,89%). El Ibex 35, el principal indicador de la bolsa española, cedió el 3,40% y perdió la referencia de los 8.500 puntos. El retroceso de los índices griego, italiano y español refleja que las tensiones están lejos de abandonar estos países en las próximas semanas.

El primer rescate
Este dinero pertenece al primer rescate de 110.000 millones de euros aprobado el pasado año, el cual se paga a Atenas trimestralmente tras evaluar la aplicación de su plan de ajuste comprometido con la «troika». Y es esta la manzana de la discordia, porque, como ha reconocido el propio Gobierno heleno, no van a lograr cumplir con el objetivo de reducción de déficit acordado con Bruselas, que debía situarse en el 7,6% para finales de este año, frente a algunas estimaciones que lo sitúan un punto por encima.

El ministro de Finanzas heleno, Evangelos Venizelos, achacó ayer la incapacidad para cumplir con el objetivo de déficit a una caída del Producto Interior Bruto mucho más pronunciada de lo esperado, que pronosticó en un 5% para este año frente al 3,8% de la previsión. Por eso, Venizelos rechazó la adopción de nuevas medidas de ajuste que agraven aún más la recesión de la economía helena.

No obstante, para la «troika», la principal razón del descarrilamiento de Grecia de lo acordado es que no están cumpliendo precisamente con el calendario de implementación de las medidas prometidas, como ya sucedió en el pasado. Esta falta de compromiso obligó a Atenas a aprobar antes del verano un nuevo paquete de austeridad de 78.000 millones de euros para los próximos años (50.000 en privatizaciones) a cambio del desembolso del anterior tramo de la ayuda, ante el hartazgo de unos socios europeos que veían como el país mediterráneo incumplía sus objetivos.

Irlanda y Portugal
Por el contrario, la «troika» aprobó ayer los nuevos desembolsos para Irlanda (5.500 millones de euros) y Portugal (11.500 millones de euros), los otros países bajo programas de ayudas, ya que sus programas «van encaminados» y las autoridades «estan demostrando su compromiso» para tratar las «debilidades» de sus financias públicas, dijo la troika en un comunicado.

La «troika» informó ayer que volverá a Grecia a mediados de este mes, cuando «esperamos que las autoridades griegas hayan completado el trabajo técnico» relacionado con «el presupuesto de 2012 y reformas estructurales». Es decir, estén dispuestos a poner más carne en el asador o vean un acelerón en lo comprometido para liberar los 8.000 millones de euros.

Los trompicones que salpican cada desembolso de este primer rescate griego sólo complican la aplicación del segundo rescate de 109.000 millones de euros para Atenas, aprobado el pasado 21 de julio, pero cuya puesta en marcha se ha convertido en un camino lleno de trampas.

Garantías
Finlandia ha exigido garantías al país heleno (primero monetarias y posteriormente en activos) que otros socios del euro quieren también reclamar ante el riesgo de impago cada día mas grande que supone Grecia. Por su parte, la banca, que debía participar con una quita de hasta un 20% en la deuda helena que posee, no sólo se muestra reacia a tal recorte, sino que también parece irreal que se vaya a sumar el 90% de los tenedores de bonos privados que se había anunciado en un principio.

Los economistas griegos coinciden en que el empeoramiento de la situación económica se debe tanto a la desfavorable coyuntura internacional como a la aplicación de las medidas de austeridad, que ha hecho descender los ingresos fiscales. El ministro de Agricultura, Kostas Skandilis, es partidario de continuar resistiendo a las presiones del BCE, el FMI y la CE, porque «no es la ‘troika' la que gobierna Grecia».

Los bancos
Las nuevas dudas sobre la solvencia de Grecia se dejaron notar en los bancos europeos, que pueden ser los principales perjudicados de la evetual quiebra del país. Barclays Bank encabezó la debacle del sector y cedió un 8,39%, por delante de Credit agricole (-7,38%) y Lloyds (-7,12%). ING, Société Générale y Ubi Banca perdieron más del 6%.

En España, sólo un valor del Ibex-35, Mapfre, pudo acabar con ganancias. BBVA encabezó las pérdidas del sector bancario y cerró con una caída del 5,03%. Muy cerca estuvo el Santander, que se dejó un 4,84% en la sesión.


ITALIA, SIN PROBLEMAS
La Comisión Europea descartó ayer que el Gobierno italiano vaya a incumplir sus objetivos de déficit para este año o el próximo, tras el rechazo de las medidas de ajuste económico que inicialmente planteó el primer ministro Silvio Berlusconi, entre ellas el gravamen adicional para las rentas más altas. Así, el nuevo paquete de medidas anunciado por Roma, que se eleva a unos 45.000 millones de euros, supone unos 4.000 millones menos que el anunciado a priori. En palabras del portavoz de Asuntos Económicos y Monetarios del Ejecutivo comunitario, Amadeu Altafaj: «No esperamos que los objetivos de déficit acordados sean puestos en duda».