
Sociedad
Los jóvenes más pesimistas que nunca
Entre los jóvenes de 15 a 24 años se respira pesimismo. Al margen de la coyuntura económica, el 46,3% no tiene confianza en un futuro prometedor, más bien opina que va a vivir peor que sus padres y que la sociedad no va a resolver sus problemas.
Más aún, uno de cada tres piensa que «por muchos esfuerzos que uno haga, en la vida nunca se consigue lo que se desea» y la crisis les pasará factura porque el 62,2 por ciento ya cuenta con que «tendrá un impacto muy negativo en mi futuro profesional y personal». Son algunas de las conclusiones expuestas por Juan María González-Anleo, uno de los siete autores del informe «Jóvenes españoles 2010», presentado ayer por la Fundación SM, que ha sido realizado entre 4.000 jóvenes de 15 a 24 años, 3.500 de ellos españoles y 500 inmigrantes.
Pero si hay un dato que destaca respecto a la «radiografía» juvenil de otros años es que la conciencia medioambiental ha bajado de forma considerable. Un 42% estima que «el equilibrio de la naturaleza es lo bastante fuerte para resolver los impactos medioambientales» y son muchos más respecto a otros años (52%) los que creen que «la inventiva humana asegurará que no convirtamos la Tierra en inhabitable».
Preocupación por el paro
Pedro González Blasco, sociólogo y autor del estudio, opina que este cambio en la preocupación por lo ecológico se debe a que «les inquietan más otros problemas como el desempleo, a que no acaban de creerse mucho las amenazas ecológicas, y a que les importa más lo que les resulta más cercano, como los amigos o la familia, las emociones y los afectos, mientras que las repercusiones en el medio ambiente lo ven a largo plazo».
La política les interesa poco o nada. Una importante mayoría (el 56%) suscribe que «no tiene nada que ver conmigo, no afecta para nada a mi vida privada». El estudio revela que apenas uno de cada cuatro encuestados afirma seguir con frecuencia la información política en los medios de comunicación, y sólo uno de cada cinco discute con frecuencia sobre estos asuntos.
Si nos metemos ya en el ámbito doméstico, la familia sigue siendo la institución más valorada. Los jóvenes se sienten cómodos en casa con sus padres porque el clima es mucho más tolerante, aunque el motivo de fricción entre padres e hijos es la falta de colaboración de éstos en las tareas domésticas. Además, la encuesta constata que los padres siguen educando de forma diferenciada a sus hijos y a sus hijas y que la mayoría come o ve la televisión en familia a diario, lo que propicia que compartan sus inquietudes personales.
Intolerancia a la infidelidad
Los jóvenes, en general, están bastante satisfechos con la relación que tienen con sus padres, (algo más con la madre que con el padre). Y es que ahora «el tradicional padre autoritario está siendo sustituido por otro más implicado, emocional y flexible», dice el informe.
La emancipación de los jóvenes llega a los 27, pero se casan entre los 31 y los 34 porque antes prefieren irse a vivir con su pareja. El 55,4 % piensa en formalizar su relación con una boda civil o religiosa y cada vez son más tolerantes con los divorcios y los emparejamientos entre homosexuales. Eso sí, no soportan la infidelidad. La justifican menos que los abortos o las relaciones sexuales con menores de edad.
El 53,5% se define como católico
La religión sigue ocupando uno de los últimos lugares en una escala de valoración de lao importante para los jóvenes, según Maite Vall, una de las autoras del estudio de SM. Sin embargo, el 53% afirma creer en Dios, tres puntos más que en 2005. Este porcentaje es muy superior entre los inmigrantes que residen en España ya que el 81% se declara católico. Un 2% cree en otra religión y el resto se considera «no religioso». Para el 35% Dios no existe y opina que es «una invención de la Iglesia o los curas».
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