Eurocopa 2016
La bandera un símbolo por Fernando Vilches
Cuando escribo estas líneas, no puedo saber el resultado de la final de la Eurocopa, pero, al igual que muchos españoles, espero –y deseo– que la Selección española levante la copa del triunfo al terminar, a ser posible, los noventa minutos de juego reglamentarios, sin prórroga ni penaltis, para evitar que las urgencias se pueblen de aficionados con el corazón maltrecho. Ya se ha dicho que la selección de fútbol y El Corte Inglés son los dos elementos que vertebran hoy a España, a los que se suma la Universidad Nacional a Distancia (UNED). En estos días, se ven en balcones y ventanas, en los taxis y furgonetas, en coches particulares y en viandantes banderas españolas por doquier. Fuera de estos acontecimientos deportivos, nuestra bandera se esconde un poco vergonzosamente, y los que se atreven a llevarla en pulseras, relojes u otros objetos son tildados como fachas o, benevolentemente, como del PP. Llevarla en el coche fuera de las fechas señaladas puede acarrear algún disgusto. Lástima, porque debería ser un símbolo que uniera a todos los españoles, pues la bandera no pertenece a ninguna opción política. Para «desatascar» este problema, sería de desear que los líderes de izquierda y los sindicalistas de los dos mayoritarios animaran en sus concentraciones de protesta a llevar a sus seguidores la bandera de España y no la republicana, porque no tiene sentido sacar a pasear un símbolo añejo que desconocen la mayoría de nuestros jóvenes. Pero también sirven estos acontecimientos para sacar a pasear el pelo de la dehesa de muchos «nacionalistos» (escribo consciente este neologismo), quienes, en las localidades en donde gobiernan, se niegan a colocar pantallas gigantes para que los aficionados disfruten de los partidos arropados unos con otros. No se si es la envidia, la poca altura de miras o un falso mini patriotismo de taifas lo que les hace comportarse así. Pero la historia la hacen unos deportistas nacidos en todos los rincones de España. Aunque le pese.