Convierten la Senda del Duero en motor de desarrollo ligado a la naturaleza y el vino

Valladolid- Poco a poco. Sin prisa, pero sin pausa, la Senda del Duero, un camino de 37,5 kilómetros que atraviesa ocho municipios de la Ribera del Duero vallisoletana (Peñafiel, Curiel, Pesquera, Valbuena, San Bernardo, Olivares, Bocos y Quintanilla de Arriba), va tomando forma. Se trata de un ambicioso proyecto que está llamado a dinamizar aún más esta zona vitivinícola por excelencia así como a poner en valor la riqueza medioambiental de nuestro gran río, eje vertebrador de la Comunidad. De la mano de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) y en colaboración con la Junta de Castilla y León se están ejecutando diversos tramos. Como el que une Bocos y Olivares de Duero. Se trata de un antiguo camino de pescadores casi desaparecido por la maleza que se acumulaba en las márgenes del río, pero que se va a recuperar para el ocio y disfrute de la gente y para restablecer el paisaje fluvial característico de esta zona ribereña.

Aprovechando e buen tiempo reinante en este inicio de otoño, el presidente de la CHD, José Valín, visitaba ayer varios tramos de esta Senda del Duero en compañía de los consejeros de Fomento y Medio Ambiente y de Hacienda, Antonio Silván y Pilar del Olmo, respectivamente, así como del subdelegado del Gobierno en Valladolid, José Antonio Martínez Bermejo, y del presidente de la Diputación, Jesús Julio Carnero, entre otras autoridades, quienes comprobaron in situ el buen ritmo de los trabajos así como la belleza paisajística que uno descubre al pasear junto al Duero. Una Senda que conectará estos siete pueblos de la ribera del Duero y que pemitirá a sus habitantes y también a los turistas disfrutar del amplio abanico de usos culturales, educativos y recreativos que ofrece. El proyecto cuenta con un presupuesto superior a los cinco millones de euros que ha adelantado la CHD aunque la Junta colaborará también con un 20 por ciento. Entre los trabajos que se están llevando a cabo se encuentra el tratamiento sobre la vegetación existente y la plantación de especies autóctonas así como la rehabilitación de algunas infraestructuras existentes o la construcción de otras nuevas, como pasarelas para unir ambos márgenes del río. En concreto, se construirán cuatro, dos en Peñafiel, una ya terminada junto al antiguo molino y otra, sobre el Duratón y en un espacio en el que se instalará también un mirador, y las otrs dos pasarelas restantes en Pesquera y Curiel de Duero.

Todas ellas, de madera y además autóctona, para ayudar también a este sector, del que viven 20.000 familias, a salir adelante.