Barcelona

Los tesoros de papel del Mnac

Desde el románico hasta el siglo XX. Eso es lo que explican los libros que se conservan en esta biblioteca barcelonesa.

Un número de la revista «Dau al Set» con un retrato de Tàpies
Un número de la revista «Dau al Set» con un retrato de Tàpieslarazon

Barcelona-Tras cada una de las piezas que aparecen en las salas del Museo Nacional de Arte de Cataluña (Mnac), hay una abundante documentación. Libros, catálogos, recortes de Prensa y diversos tipos de publicaciones, permiten estudiar con detalle los numerosos tesoros que se guardan en este centro. Es, de alguna manera, un segundo museo, una importante base documental que se puede consultar libremente en el viejo Palau Nacional de Montjuïc.
Pero en este espacio también se guardan obras de arte, aunque de papel, algo que se debe a una iniciativa que se remonta a 1888. En esa fecha, con motivo de la celebración de la Exposición Universal en Barcelona, cuando los técnicos de varios museos de la ciudad empezó a reunir una pequeña colección de libros de consulta. Sin embargo, el verdadero impulso lo da el arquitecto Josep Puig i Cadafalch, verdadero artífice del Mnac, especialmente de su colección de arte románico. En 1907, en calidad de presidente de la junta de museos de la capital catalana, Puig i Cadafalch crea una comisión encargada exclusivamente de la biblioteca.

El viaje de Folch i Torres
El otro nombre destacado de esta reconversión fue Joaquim Folch i Torres, director de este apartado del museo. Tal y como explicó a LA RAZÓN Pilar Blesa, una de las responsables de esta sección del museo, Folch i Torres «estuvo viajando un año por todo el mundo adquiriendo fondos bibliográficos, algo que lo ayudó en su formación como director de la biblioteca». A él se le sumarían en este cometido Joan Ainaud de Lasarte y Xavier de Salas. Este último, como agregado cultural de la embajada española en Londres durante los años 40, compró varias colecciones de libros, entre ellos varios ejemplares de la colección de Burlington Books con primeras ediciones de temas artísticos españoles.
La biblioteca del Mnac del siglo XXI contiene 105.000 documentos nacionales e internacionales de temas de arte, museología, conservación y restauración, fotografía, numismática, arqueología, humanidades e historia local. En este fondo se incluyen casi 3.000 títulos de revistas, de los cuales 450 corresponden a publicaciones en curso de recepción.
Entre los numerosos tesoros de papel, destaca la primera bibliografía dedicada a un artista catalán, la de Antoni Viladomat de 1879. Igualmente curioso es el primer catálogo del que se tiene referencia sobre la obra de un pintor de Cataluña. En este caso fue el Ayuntamiento de Terrassa el que elaboró, en 1916, el inventario de la pintura de Francesc Torras i Armengol.
Pero en el Mnac también se mira a los «ismos» hasta el punto que la biblioteca del Museu Picasso se creó a partir de los libros reunidos por el museo de Montjuïc. Son numerosas las colecciones completas de revistas de las vanguardias que hoy en día se pueden consultar; desde el modernismo de «Pel i Ploma» a las corrientes más atrevidas promovidas por «Minotaure», «L'Amic de les Arts» o «Dau al Set».
Mención aparte merecen los numerosos catálogos conservados y que explican un siglo de exposiciones en las galerías de Barcelona, con joyas como la primera muestra dedicada a la pintura de Joan Miró con un texto de Josep Maria Junoy. También están adquisiones y donaciones de Alexandre de Riquer o Cirlot.


Incunables y literatura de viajes
En las salas de reserva de la biblioteca se reúnen algunas joyas bibliográficas, algunas de ellas raramente expuestas. Las principales atracciones para un amante de los libros son las adquisiciones de Xavier de Salas. Éste logró algún incunable, pero sobre todo varias primeras ediciones relacionadas con los primeros viajeros románticos que visitaban la España de los siglos XVIII y XIX. En estas mismas salas, procedente del fondo Ríquer, tiene un especialmente protagonismo un álbum en el que se conservan algunos ejemplos de encuadernaciones. Otra joya es la llamada «Crónica de Nuremberg», uno de los más espectaculares incunables conservados, publicado en alemán y latín.