Irán
Simon Peres: «Una declaración unilateral del Estado palestino llevaría a la confrontación»
El presidente de Israel, Simon Peres, a sus 87 años, estrecha la mano con fuerza y decisión. El Nobel de la Paz recibe en su residencia oficial de Jerusalén a un grupo de periodistas españoles, entre ellos a LA RAZÓN, y tras unas breves presentaciones de cortesía abre el turno de preguntas.
–El primer ministro Benjamin Netanyahu trabaja a brazo partido para que su gabinete apruebe el plan de estímulo de Obama a cambio de la congelación de los asentamientos. ¿Habrá acuerdo?
–Sé que todas las partes están trabajando duro para conseguir un acuerdo. Considero que es una buena propuesta y que podría abrir la puerta a una negociación sobre los principales asuntos. La congelación por sí misma no lo hará.
–¿Una moratoria de 90 días es suficiente para consensuar las fronteras de los dos estados?
–Fronteras y seguridad van de la mano y si se consigue trazar una línea de separación conjunta, se solucionará medio conflicto. Habría que tener en cuenta la propia lógica de las negociaciones que exigen discreción. Cuando se realizan bajo el foco de los medios de comunicación, la opinión pública expresa sus críticas porque sólo ve lo que se cede y no lo que se obtiene y eso puede paralizar a los políticos. La paz es como el amor. Cuando uno se enamora es mejor que cierre un poco los ojos.
–El reloj del tiempo no se detiene. ¿Cómo encajaría el Estado de Israel una declaración unilateral del Estado palestino?
–No pueden declarar unilateralmente su Estado porque no habrían consensuado las fronteras con su vecino. Esa situación conduciría a una confrontación. No hay otra respuesta posible. Nunca ha existido un Estado palestino por lo que no existen unas fronteras que sirvan de referencia.
–Fue protagonista de los acuerdos de Oslo que terminaron en fracaso. ¿Por qué esta vez puede ser la definitiva?
–En las miles de conversaciones que tuve con Yaser Arafat le animé a que en vez de hablar y hablar empezara a construir el Estado de Palestina. Así lo hizo Ben Gurion. No ocurrió. Es ahora cuando están empezando a entender la importancia del Estado. Ramala se ha convertido en una gran ciudad y empieza a haber un interesante tejido económico. Nosotros lo apoyamos. Podría haber ocurrido lo mismo en Gaza...
–¿Cómo afecta la división palestina a este incipiente proceso de paz?
–El problema es Irán. La República Islámica está sobrevolando la división entre los palestinos. Irán quiere tomar el control de Oriente Medio como lo tuvo el imperio otomano en el siglo XIX. Irán persigue no sólo un imperio religioso sino también político.
–Ha citado a Arafat, ¿echa en falta su liderazgo?
–Sin él creo que nunca habríamos empezado el proceso de paz, pero con él nunca habríamos acabado.
–El desencuentro con Erdogan en Davos fue un indicador del enfriamiento de las relaciones turcoisraelíes. ¿Hay vuelta atrás?
–Me sorprendió profundamente la reacción de Erdogan porque ni siquiera había hablado. Las relaciones han cambiado, pero no se debería inflamar la fricción.
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