Educación

ANÁLISIS: Selectividad un modelo obsoleto

La Razón
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Comienza en los próximos días una prueba de selectividad que introduce algunos cambios, en general positivos, pero que requiere urgentemente la coordinación de todas las universidades para dar la misma ponderación a las asignaturas optativas que permiten el acceso a determinadas carreras si queremos que exista igualdad de condiciones para todos los estudiantes españoles.

Sin embargo, no es más que una reforma parcial insuficiente en un modelo obsoleto que no sirve para cumplir adecuadamente con los dos objetivos que se requieren al terminar el Bachillerato: homologar externamente el título y seleccionar sólo donde sea necesario a los más capacitados.La auténtica selección se produce en los centros donde sólo el 55% de los matriculados en Segundo se presentan a la prueba. Es lógico que la tasa de éxito de la prueba sea por tanto del 85% sobre unos contenidos de los que han sido examinados quince días antes y donde el segundo de Bachillerato se ha convertido casi exclusivamente en un curso preparatorio de la selectividad, perdiendo así su función formativa general, innecesaria en muchos casos, dado que en la mayoría de universidades y carreras existen más plazas que alumnos.

La auténtica reforma que se necesita es aumentar el Bachillerato, –ahora el más corto de la UE–; en segundo lugar, introducir una prueba general de conocimiento externa a los centros que homologue el título, como existe en todos los países, y un examen selectivo sólo para acceder a las carreras donde la demanda supere a la oferta.