Déficit autonómico
Zapatero sale en defensa de Valcárcel por el plan de ajuste
Pronto le llegó la respuesta a los sindicatos mayoritarios en la Región de Murcia y en España (UGT y CC.OO) en su anhelo de que el Gobierno central tumbara ipso facto la Ley de Medidas Extraordinarias para la Sostenibilidad de las Finanzas Públicas aprobaja por el Gobierno regional de Murcia el pasado 23 de diciembre de 2010
Los secretarios generales de los sindicatos en la Región, Daniel Bueno y Antonio Jiménez, hicieron pública y aireraron a los cuatro vientos la, a su juicio, clara inconstitucionalidad del plan de ajuste ideado por el Ejecutivo de Valcárcel. En apenas 24 horas el presidente del Gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, les brindó una respuesta que, por supuesto, no se encontraba entre las posibles de la masa sindical.
De esta forma, el líder nacional de los socialistas declaró en el programa matinal del periodista Carlos Herrera en Onda Cero que la actitud de la Región en aras de reducir su déficit era «constructiva» y digna de poner de ejemplo como el trabajo que deben realizar todas las comunidades autónomas del país en estos tiempos en los que debe imperar la reducción del gasto y la supervisión minimalista de hasta el último gasto invertido. Zapatero calificó el plan de ajuste ideado por Valcárcel como «ambicioso» y mostró su satisfacción por la rapidez de respuesta ante la necesidad de rebajar costes.
En realidad, las palabras pronunciadas ayer por Zapatero no hicieron sino refrendar las demandas que la ministra de Economía, Elena Salgado, interpuso a la Región en la celebración del útimo Consejo de Política Fiscal y Financiera en relación a la exigencia de reducir sus costes para bajar su déficit.
Valcárcel cumplió con su parte del trato y ayer Zapatero se lo reconoció públicamente, algo, por cierto, que no realizan los adláteres de ZP en Murcia ya que ayer sin ir más lejos el secretario general de los socialistas murcianos volvió a demonizar la estrategia económica del presidente de la Comunidad mientras que su «jefe» la alababa.
Por lo que respecta a los sindicatos, ninguno de los dos con mayor peso específico recibió con muy buena acogida las declaraciones de Zapatero. De estea forma, el secretario general de UGT, Antonio Jiménez, declaró que las palabras del presidente fueron «desafortunadas» y que se habían malinterpretado. Por su parte, su homólogo en CC.OO, Daniel Bueno, manifestó que las declaraciones de Zapatero sólo se pueden realizar si se hacen desde el «desconocimiento, que es donde está instalado en la actualidad el presidente del Gobierno», aseguró Bueno. Además, reiteró que su formación y UGT enviaron el pasado lunes un escrito con destino a la Presidencia del Gobierno para que estableciera si el plan de austeridad de Valcárcel incurría en la ilegalidad como ellos esgrimen. Al respecto, declaró que «es imposible que en un día se haya podido analizar debidamente ese escrito».
Por otra parte, las declaraciones de Zapatero tampoco se acogieron en la sede del Gobierno regional con mucha alegría y satisfacción. Eso se desprendió al menos de las declaraciones que pronunció ayer la portavoz regional y consejera de Presidencia de la Comunidad, María Pedro Reverte, en la que decía que no era motivo de «orgullo» la declaración y reconocimiento público de Zapatero hacía la Región porque «de haber recibido Murcia el mismo trato que otras regiones de signo socialista no habría sido necesario recurrir a las medidas que se han adoptado».
Además, Reverte, afirmó que el diseño y la posterior aprobación y aplicación de la Ley de Medidas Extraordinarias respondió únicamente a la exigencia marcada desde Moncloa para poder seguir emitiendo deuda en el ejercicio que acaba de comenzar. Es por esto, que si se tuviera que condensar en un término la valoración que se hace desde San Esteban de las declaraciones de ZP este sería el de cautela.
Un nuevo episodio sindical
Dentro de otro ámbito, las calles del centro de la ciudad de Murcia fueron ayer objeto de otra movilización sindical contra el Ejecutivo de Valcárcel por la aprobación de las medidas de ajuste. Se trató de la quinta manifestación que se realiza en los últimos trece días por el mismo asunto. Algo insólito si se tiene en cuenta que ante los recortes de Zapatero la actitud de los sindicatos fue la de dar la callada por respuesta. A las 18:15 horas salió la marcha reiviendicativa desde la plaza Fuensanta de Murcia para recorrer la Gran Vía murciana y torcer por la avenida Teniente Flomesta hasta finalizar a las 19:45 horas en la sede de la Consejería de Economía y Hacienda.
Bajo el lema «Frente a la agresión social de Valcárcel, dignidad y resistencia», 20.000 personas según fuentes sindicales y 10.000 de acuerdo con las policiales los manifestantes mostraron su contrariedad por unas medidas que consideran inadecuadas. El buen gusto en los cánticos de las protestas emitidas por los manifestantes no fue, por desgracia y como viene siendo costumbre, la tónica predominante. De esta manera, se pudieron escuchar lindezas del calibre de «Valcárcel y sus gaviotas nos tocan las pelotas», «Valcárcel capullo, quiero el sueldo tuyo» o «Valcárcel dimisión por chorizo y por ladrón».
En la misma línea, si carentes de buen gusto fueron las consignas verbales también lo fueron la actitud de una serie de exaltados que por quinta vez consecutiva en menos de dos semanas arremetieron contra el portal del domicilio de Valcárcel con el lanzamiento indiscriminado de huevos. Este hecho dejó como resultado un aspecto horroroso de la fachada de la casa del presidente de la que mucho de los afectados fueron los vecinos del presidente autonómico que poco por no decir nada tenían que ver con el asunto.
Asimismo, se pidió en reiteradas ocasiones y con cierta insistencia la dimisión del presidente Valcárcel en un intento de hacer creer a la sociedad que él es el verdadero culpable de la situación cuando realidad dicta otra situación muy distinta como es que el Gobierno regional se limitó a acatar las exigencias y demandas provenientes desde el Ejecutivo socialista. Asimismo, llamó la atención como algunos manifestantes portaban en la solapa de sus chaquetas unas etiquetas en las que aparecía la figura de Valcárcel emulando una caritura de él equiparándolo con el dictador alemán Adolfo Hitler. Gritos, actos y pancartas se relacionaban más con la actitud propia de épocas felizmente superadas que las actuales.
Ayer se vivió la quinta protesta en 13 días pero que nadie se crea que se trató de la última. Nada más lejos de la realidad. El próximo 12 de enero tendrá lugar la sexta en 20 días desde la aprobación de las medidas algo digno de record y que llama poderosamente la atención cuando la actitud de los sindicatos ante los desbarajustes del Gobierno central era mucho más mansa que la que están mostrando en la actualidad. Para la próxima protesta se pretende que la participación sea la más masiva de todas. Con ese propósito se despidieron ayer los sindicalistas.
El número que congregaran se desconoce por completo pero sí sería de recibo que abandonaran actitudes vandálicas como el lanzamiento de huevos indiscrinado contra la vivienda de Valcárcel. El derecho a la queja es totalmente admisible dentro de un Estado de derecho, pero las formas son las que tienen la virtud de dar o quitar razones.
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