Presentación

La familia pese a todos

El cine, y la televisión, siempre han encontrado un buen vivero para sus ficciones en las familias y sus circunstancias. No hablamos de una de nuestras familias favoritas, «El Padrino» o «Los Soprano». Nos referimos a familias de andar por casa, como la suya o la mía, sólo que, por aquello de la dramatización, viven situaciones un pelín más extremas.

La familia... pese a todos
La familia... pese a todoslarazon

«Parenthood» tiene su origen en una cinta de los años 90 dirigida por un director tan, tan, tan estadounidense como Ron Howard. El título de la película ya daba pistas sobre el tratamiento, entre irónico y entrañable, de esta institución. Se llamaba «Dulce hogar... a veces». Más de veinte años después, los protagonistas son los Braverman, una familia a la que contemplan tres generaciones con los roces que puede haber entre unas y otras. Y es que ser hijo nunca fue fácil, como tampoco ser padre, abuelo o nieto. Cada edad tiene sus traumas, sus responsabilidades y sus recompensas. El conflicto llega cuando todos estos elementos entran en colisión. Normalmente los intereses de los vástagos y sus progenitores van en direcciones contrarias. Así, los saltos generacionales se suceden no sin pocos sobresaltos. La vida nos enseña que, pasados los años, y los capítulos, todos están condenados a entenderse o, al menos, a firmar un pacto de mínimos para llevar la paternidad con naturalidad, algo para lo que muchas veces hay que ser muy artificial, puesto que hay que comulgar, como se dice en España, con ruedas de molino. Pasen y disfruten.