Córdoba
El histórico estadio Monumental del River Plate cerrado por orden judicial
El jefe de gabinete argentino, Aníbal Fernández, ha ordenado este lunes "identificar y detener"a los responsables de los graves disturbios desatados en el estadio Monumental de Buenos Aires tras el descenso del River Plate a la Segunda División de la liga argentina de fútbol.
Según Fernández, los que están detrás de estos hechos de violencia son unos "300 tarados"que no representan a los verdaderos hinchas del River Plate, uno de los equipos más famosos de Argentina. "Lo que hay que hacer es identificarlos por las imágenes, esperarlos en los lugares que corresponden y detenerlos", sugirió.
Los disturbios comenzaron después de que el River Plate empatara a uno con el Belgrano de Córdoba, consumando así su descenso. Los aficionados lanzaron objetos desde las gradas, obligando al árbitro a dar por finalizado el partido en el minuto 44 de la segunda parte.
Tras el pitido final, los hinchas comenzaron a destrozar las instalaciones del recinto deportivo, arrancando incluso las butacas de las gradas, e intentaron acceder a los banquillos. Los policías lo impidieron, aunque para ello tuvieron que enfrentarse cuerpo a cuerpo
a los aficionados.
Desalojado el estadio, los disturbios se trasladaron a sus alrededores. Los hinchas saquearon algunos comercios, quemaron contenedores de basura y lanzaron piedras a los efectivos de seguridad, a lo que estos respondieron con cañones de agua. Al menos 72 personas resultaron heridas en estos incidentes, algunas de ellas de gravedad.
Una vez controlada la situación, los jugadores del Belgrano de Córdoba saltaron al césped para celebrar su ascenso a primera división con los seguidores que esperaban en una pequeña tribuna el comienzo de los festejos.
A pesar de estos hechos violentos, Fernández insistió en que "no había razones"para que se resolviera jugar el partido del domingo "a puertas cerradas", pues consideró que "jugarlo sin público era trasladar el conflicto a otro lugar".
Una minoría, la culpable
Los responsables de estos incidentes "son los de siempre", aseguró Fernández, quien considera que "el 99,99 por ciento de la gente no fue a hacer lío sino a ver a su equipo", por lo que pidió no culpar al River Plate de lo ocurrido.
"Hay que tomar medidas con el propio club porque esto desgraciadamente sucedió en el club y tiene que hacerse cargo de lo que ha sucedido", aclaró el jefe de gabinete, al anunciar que en este caso "se tomarán las sanciones que correspondan, como las hemos tomado siempre con otros clubes como pasó con Vélez y Nueva Chicago".
Ante esta situación, el fiscal Gustavo Galante ordenó el domingo clausurar el estadio para "preservar las pruebas"de los disturbios. Al parecer, ha abierto dos causas, una por daños y lesiones en riña a particulares y otra ante la sospecha de que la dirección del River facilitó el acceso al estadio de 13.000 aficionados más de los permitidos, informan medios locales.
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