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Los poderes civil y militar del este de Libia confían en la caída de Gadafi

El jefe de las fuerzas armadas de la zona oriental libia en poder de los rebeldes, el general de brigada Abdul Nafa Musa, instó hoy al resto de oficiales a "marchar hacia Trípoli"y sublevarse contra el régimen de Gadafi. Por su parte, Fathi Tarbul, miembro del comité popular que controla Bengasi y uno de los líderes del levantamiento popular, asegura que las fuerzas leales al dictador controlan únicamente el 15% del país.

Representantes del poder civil y militar del este de Libia, controlado por comités populares tras el levantamiento del pasado 17 de febrero, mostraron hoy su confianza en que el líder libio Muamar el Gadafi abandone pronto el poder.

Fathi Tarbul, miembro del gobierno provisional de Bangasi, la segunda ciudad del país, aseguró hoy en una rueda de prensa que "Gadafi tiene bajo control un 15 por ciento"del país. "Gadafi está viviendo los últimos momentos y esperamos el final de su régimen en los próximos días", dijo Tarbul, un abogado de 39 años, cuya detención el pasado 15 de febrero se convirtió en la chispa que encendió el levantamiento que se ha impuesto en el tercio este del país y en varias localidades del oeste y el sur.

Por su parte, el jefe de las fuerzas armadas de la zona este, el general de brigada Abdul Nafa Musa, se mostró convencido de que "la gente liberará Trípoli", así como que todos los oficiales de la parte oriental del país están ya contra el régimen.

Asimismo, instó al resto de oficiales del país a "marchar hacia Trípoli"y sublevarse contra el régimen de Muamar el Gadafi. Sin embargo, descartó, "por el momento", que los sublevados en la "zona liberada"emprendan "una acción militar hacia la capital".

"La misión actual de las fuerzas especiales es proteger a la gente de Bengasi y de otras ciudades", afirmó Musa en una conferencia de prensa en el principal cuartel militar de la segunda ciudad libia, en poder de los rebeldes desde hace días. El militar dijo que todavía desconocen con precisión el número de unidades de las que disponen en la zona oriental del país y que están intentando contabilizarlas.

"Actualmente no tenemos ningún plan de dirigirnos a Trípoli, ahora estamos reclutando nuestras fuerzas y preparándolas", señaló ante los periodistas. Musa añadió que están "esperando la liberación"de la capital por parte de los ciudadanos y las fuerzas que se han sublevado contra Gadafi.

En este sentido, Tarbul considera que ya no se puede hablar del Ejército de Gadafi, ya que "la idea es que no tiene Ejército", sino fuerzas paramilitares fieles y mercenarios. Además, comentó que la decisión de lanzar o no un ataque militar contra Trípoli, algo que en un principio también descartó, es una decisión que deben tomar los consejos de la revolución y no las Fuerzas Armadas.

Según varios miembros de los comités populares, los manifestantes controlan no sólo el este del país, sino varias ciudades del oeste como Zauiya o Mesrata y del sur como Al Kufra, cercana a Sudán. Sin embargo, al igual que Fathi Tarbul, confiesan que la información es escasa por la dificultad de las comunicaciones y subrayan que en la localidad de Sirte, lugar de nacimiento de Gadafi y situada entre Bengasi y Trípoli "aún no ha empezado la revolución".

Las llamadas dentro del país son complicadas, no se puede llamar al extranjero e internet está cortado, desde el comienzo de las movilizaciones.

La revolución del 17 de febrero tuvo su origen más inmediato en la detención dos días antes de Tarbul, abogado defensor de las familias de los alrededor de 1.200 presos que en 1996 fueron supuestamente asesinados por fuerzas de seguridad del régimen en la cárcel de Abu Salim.

Tras ser detenido "la noticia se extendió y las familias de algunas de las víctimas decidieron manifestarse"para pedir su liberación, dijo el activista libio ante un grupo de periodistas. A pesar de que a las tres de la madrugada del día 16 fue liberado, las protestas continuaron, y para el día 17 se convocó una manifestación de protesta en la plaza de los Juzgados, en el centro de Bengasi, esta vez no para pedir su puesta en libertad, sino para exigir reformas políticas.

Ese día acabaría dando nombre a lo que ya se conoce como "la Revolución del 17 de febrero".
"El día 15 empezó, se extendió primero por Bengasi y creció poco a poco hasta llegar a este hermoso momento", dijo Tarbul que espera la democratización del país una vez que Trípoli sea tomada por "los revolucionarios".

Según la cadena qatarí Al Yazira, que citó testigos en la capital, las fuerzas leales a Gadafi sólo controlaban hoy ya sin oposición los alrededores de su palacio de Dar El Aziza mientras que en el resto de barrios de Trípoli se sucedían manifestaciones y enfrentamientos.

La cadena aseguró, sin embargo, que vehículos con la inscripción "guardia revolucionaria"patrullaron las calles de varios barrios de la capital abriendo fuego contra los manifestantes. Preguntado por EFE en una conferencia de prensa en Bengasi, el general descartó, sin embargo, "por el momento"que los sublevados en la "zona liberada"emprendan "una acción militar hacia la capital"del país.