Constitución

«Tiene que velar por el orden constitucional» por María Teresa Álvarez

La Razón
La RazónLa Razón

Tal vez el Rey tendría que haberlo hecho antes. He leído la carta y creo que destinatarios somos todos. Que algunos puedan sentir que las palabras del Rey son para ellos, es una cuestión de interpretación. «Sólo superaremos las dificultades –dice– actuando unidos, caminando juntos, aunando nuestras voces, remando a la vez». Puede que algunos no quieran remar juntos.
Las redes sociales cada día son más importantes, rápidas y eficaces. Confieso que no me gustan algunas expresiones del texto como, galgos y podencos, pero creo que el Rey ha hecho bien publicando la carta. No ha dicho más de lo que piensan un importante número de españoles y yo creo que eso a la gente le gusta. Estoy segura de que en más de una ocasión, muchos españoles se han planteado qué se puede hacer con quienes se apartan de la legalidad constitucional. ¿De darse este caso, qué sucedería? ¿No cabe, constitucionalmente, ningún remedio ante la violación de unos principios básicos de la Constitución?. El uso del poder moderador por parte del Monarca permite advertir al Gobierno del peligro que encierra apartarse, por concesiones excesivas y tolerancias inadmisibles, de la afirmación del artículo 2º de la Constitución. «La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas». Recuerdo lo que decía una persona a la que quiero mucho: «Por encima de la propia conveniencia, estará siempre otra conveniencia superior, que es la de la Nación a la que se sirve». Es cierto que en una Monarquía parlamentaria, los poderes del Rey son muy reducidos, pero la Constitución sí le otorga el de poder regular el funcionamiento de las Instituciones, el mando supremo de las Fuerzas Armadas y la obligación de velar por el orden constitucional.