Bruselas

Quién quiere el euro por José María Aznar Botella

La Razón
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El futuro del euro está en juego. Se han quebrado los equilibrios en los que se basó el éxito de la moneda única, y de no ser restaurados, el euro saltará por los aires. El desajuste de la tasa de cambio dentro de Europa, que permite a Alemania tener un superávit comercial estructural a cambio de los déficits de la periferia, sólo tiene sentido con costes de financiación similares. Se libra una batalla en el seno de Europa e increíblemente gana quien más tiene que perder. Alemania quiere el pastel entero, preservar su enorme generación de ahorro interno sin comprometer un ápice su estabilidad fiscal y monetaria, y sólo la patética falta de liderazgo en el resto de Europa permite que gane la partida.

Que nadie se engañe, es Alemania quien saldría peor parada de una ruptura del euro. Su moneda se apreciaría respecto al resto de divisas europeas, provocando no sólo una crisis en su sector exportador, sino un colapso en su sistema financiero cuyos activos han financiado en gran parte el pasivo de la periferia. ¿Qué les sucedería a Italia o Grecia de salirse del euro? Sus costes de financiación se dispararían y una quiebra resultaría inevitable. ¿Les suena?, a mí también, es exactamente lo que está sucediendo. Lo que no ocurre es lo positivo, que para estos países sería el restaurar una tasa de cambio justa en Europa.

Se ha roto por completo el «quid pro quo» en Europa y sólo hay dos formas de recuperarlo: emisión de eurobonos o monetización de la deuda por el Banco Central Europeo. Alemania naturalmente se resiste y se requiere un nuevo liderazgo que proteja los intereses de la mayoría en Europa. Seguro que éste no saldrá de tecnócratas impuestos por Bruselas, sino del que nazca de un amplio mandato en las urnas. Tendrá que ser el de España.