Deslenguados

En Brazatortas, Ciudad Real, contrariados porque Antonio Gala presumiera de ser cordobés, pusieron un cartel en la casa donde nació el autor en el que se leía: «Aquí nació el escritor cordobés Antonio Gala». No sé lo que harán con Montilla en su tierra natal, Córdoba, supongo que ya estarán diseñando el cartelito de marras, «Aquí nació el catalán…» Me da mucha congoja ver a este andaluz esforzarse en hablar catalán a pesar de que cada día lo habla peor. Pero el hombre batalla hasta el esperpento para hacerse entender. Es cierto que sería más sencillo hablar en el idioma común, el español, pero las cosas no pueden resultar tan fáciles. Caras sí, sobre todo si pagamos los demás, pero fáciles no. Me pregunto si en la cafetería del Senado también pedirán el café con intérprete, aunque como lo pagan ellos, hablarán un español fluidito. Curioso, porque cuando esos mismos políticos autonómicos quieren pedir dinero platican español con un desparpajo envidiable. Es decir, para que les den, sí, pero para dar, no. Pues que le den…, que le den a la lengua autóctona, que el contador sigue subiendo. A usted le quitan la ayuda social, el cheque bebé, le bajan el sueldo, se lo congelan o lo desintegran, pero para que los políticos valencianos, catalanes, gallegos y vascos se entiendan en el Senado, debe aflojarse el bolsillo. Luego, eso sí, usted tiene derecho a jurar en arameo. El Estado de Derecho les permite a ellos hablar en su lengua, pero a los ciudadanos nos asiste para que nos gobierne gente sensata, no una pandilla de indocumentados y deslenguados. He dicho.