Cuatro Quijotes solitarios

Lacónica, hilarante, trágica, cargada de conciencia y pasión por la naturaleza. Un verdadero delirio –magníficamente escrito con personajes muy bien trazados–, entre el «spaguetti western» de Sergio Leone y una road-movie. Edward Abbey es un escritor emblemático de la cultura contestataria norteamericana, a quien el periódico «The New York Times» no dudó en calificar como «héroe de culto underground». En esta entrega se incluyen, además, las ilustraciones que realizó nada menos que el célebre Robert Crumb –el dibujante de cómic más alternativo– para el décimo aniversario de la edición norteamericana... E incluso el actor Robert Redford firmó el prólogo para su última tirada en inglés, ya que es un devoto seguidor de esta novela, a la que lleva años intentando adaptar al cine.

Al este del Oeste
Cuatro disparatados «quijotes» se conjuran para protagonizar las industrias y andanzas de una resistencia «más o menos pacífica» en contra de la civilización y el mundo industrial que está desfigurando el desierto del Oeste norteamericano. A saber: un veterano del Vietnam adicto a la cerveza; un cirujano incendiario; su fanfarrona asistenta y un guía mormón y polígamo expulsado de su comunidad. Armados con la compañía de una simple tenaza comenzarán a destruir vallas publicitarias, puentes, carreteras, vías férreas y maquinaria que tanto afea su desierto.

Desde su publicación en 1975, la novela se convirtió tanto en una denuncia del mundo moderno, como en un canto a la naturaleza y un himno a la desobediencia civil. En Alemania, por ejemplo, la obra se está convirtiendo en un éxito al ponerse de moda por los movimientos de oposición a a ciertas obras públicas. En Italia se generalizó el «monkeywrenching» para luchar contra los túneles de la alta velocidad. Felicidades a Berenice por regalarnos esta joya que versa sobre el viaje de personajes alternativos, a lomos del humor negro.