Alimentación
Cómo engordar enfermando por Miguel Ángel ALMODÓVAR
Hace unos cuarenta años que el doctor Atkins inventó la dieta hiperproteica, que proscribe drásticamente los hidratos de carbono, y a pesar de que en este largo tiempo se ha demostrado fehacientemente el grave peligro que encierra seguir tales postulados pseudodietéticos, el personal sigue dispuesto a dejarse timar con la estampita. Ahora, la misma monserga la promueve Pierre Dunkan, quien con la milonga campera de adelgazar inflándose a comer, ha logrado situarse en puestos de súperventas de libros, a más a más de los pingües beneficios que le reporte un plan web de ocho meses a ciento cincuenta euritos. Más allá de que la Asociación Española de Nutricionistas haya calificado la dieta de «ineficaz y fraudulenta» la cosa tiene tela marinera porque siguiendo sus consejos se consigue perder masa muscular y agua, lo que obliga al riñón y al hígado a realizar un esfuerzo agotador, que en el caso de éste último se traduce en liberación de compuestos cetónicos que actúan como tóxicos del sistema nervioso, lo que explicaría el estimable porcentaje de suicidios que se sabe indujo la dieta Atkins. Además, el invento produce estreñimiento, calambres musculares, mal aliento y fatiga generalizada. Cerrando el listado, el efecto rebote está garantizado y advertido por el propio Dukan, lo que le convierte en dieta de engorde a plazos.
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