ERE
Fábula del oso con cinco llagas
La derrota del PSOE andaluz en las elecciones municipales había colocado unas vergonzantes banderillas negras sobre el orgullo de José Antonio Griñán. De ahí que ayer el presidente decidiera ponerse el traje de cuello blanco socialdemócrata y buscara el fácil aplauso de sus compañeros de banca a sabiendas de que más de uno lamenta que el mono azul de secretario general le quede bastante peor. Obviamente los discursos resultan más brillantes si se suprimen determinadas manchas que pueden emborronarlos. Por tanto del caso de los ERE falsos, nada de nada, y menos de la reciente investigación abierta por la Fiscalía de Cádiz sobre el presunto desvío de más de tres millones de euros en el ente adscrito a la Consejería de Educación. Una supuesta irregularidad que, desgraciada coincidencia, pone peligrosamente en almoneda el gran anuncio de destinar doscientos millones de euros a obras en centros educativos. Es decir, que si antes se han reformado aceras y rotonda sin ton ni son, ahora la Junta amenaza con llenar de hormigón las pistas deportivas y las aulas de los colegios.
Por lo demás, el viraje hacia un mayor keynesianismo cercano a la orilla de Izquierda Unida –Griñán y Valderas hablaron más de Extremadura que de Andalucía– apunta también a una peligrosa revisión de determinadas bonificaciones según la posición patrimonial de sus beneficiarios. Y aquí donde unos han entendido más justicia, otros han intuido más recortes sociales, porque hay demasiado poco margen presupuestario. Como tampoco hay excesiva originalidad política, pues no de otra forma se puede entender el corta y pega que Griñán ha hecho de viejas propuestas del PP como la supresión de privilegios de pensiones para los parlamentarios o como la rebaja del número de firmas exigidas para presentar iniciativas legislativas populares.
Javier Arenas puede estar satisfecho. Su discurso va calando tanto que hasta ha recalado en no pocos folios de los preparados por el presidente para este debate. Igual dentro de unos meses se intercambian los papeles. De momento Arenas, desde el pasado 22 de mayo, cuenta con mayor número de papeletas. Griñán se limitó ayer a superar la que le imponía esta cita ignorando que aunque el papel lo aguanta todo, la ciudadanía ya no está dispuesta a que le sigan dando por liebre un oso herido y disecado.
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